¿Terroristas?

lunes, 2 de diciembre de 2019 · 02:01
Twitter: @UZETASUM ¿Pueden los narcotraficantes mexicanos ser considerados como grupos terroristas? La primera respuesta que me viene a la mente es que no. Desde mis tiempos universitarios, el tema del terrorismo ha llamado poderosamente mi atención, al grado de que dediqué mi tesis de licenciatura a este tema. Por ello me atrevo a decir que los cárteles de la droga mexicanos no buscan un objetivo político que pudiera ubicarlos o clasificarlos como grupos terroristas. Si bien con sus acciones violentas siembran el terror y el miedo entre la población, su objetivo tiene más propósitos económicos y de negocio, para seguir operando en amplias franjas del territorio nacional. Hay un mercado de drogas y ellos funcionan como empresas para que su producto no falte. Los terroristas, en cambio, buscan llamar la atención o generar propaganda hacia su causa, a partir del uso del terror. Sus acciones terroristas generan víctimas inocentes para presionar a gobiernos y así lograr fines de carácter político. En esta clasificación se incluyen también los grupos fundamentalistas que, basados en sus creencias y visión del mundo, tienen como propósito el exterminio de una forma de vida. Tal es el caso del llamado Estado Islámico o ISIS cuyo teatro de operaciones ha sido la región del Medio Oriente y diversos países de Europa. La red Al Qaeda, con el desaparecido Osama Bin-Laden, que perpetró los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, es también un buen ejemplo de lo anterior. Ahora, el tema ha saltado a la agenda bilateral México-Estados Unidos, a partir de hechos de violencia que han puesto en entredicho la estrategia de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La reclasificación de los cárteles es una antigua idea que ha pasado por el Capitolio y la Casa Blanca, pero que ha revivido a partir de los hechos de violencia como el fallido operativo en Culiacán, Sinaloa, para capturar a Ovidio Guzmán, hijo del “Chapo” Guzmán, o la masacre de la familia Le Barón, ocurrida en los límites entre Chihuahua y Sonora. Las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las que considera necesario ubicar a los narcos mexicanos como grupos terroristas, refleja una situación que está llegando al límite, en donde las reglas del juego podrían cambiar en la relación bilateral en función de las prioridades políticas y electorales de Washington. Las declaraciones del senador republicano, Tom Cotton, en torno a la matanza de la familia Le Barón, reflejan también esta nueva realidad. El legislador ha dicho que “si México no protege a los estadounidenses dentro de su territorio, entonces Estados Unidos debe tomar el asunto en sus manos”. Todo esto podría meter a la fallida estrategia de seguridad de la 4T como otro frente de la compleja agenda bilateral, lo cual se traduciría en presiones más severas hacia nuestro gobierno para que permita una mayor intervención de Estados Unidos. Por lo pronto el tema podría convertirse en un nuevo dolor de cabeza para el gobierno de López Obrador, particularmente por el año electoral que se avecina para los norteamericanos.

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