Twitter: @marisahurtadom

Si te han emocionado o hartado las intensas situaciones que hemos vivido a nivel mundial durante este 2019, espérate a saber qué se viene para 2020, año en el que no sólo sabremos si Donald Trump es reelegido como Presidente de Estados Unidos, pero donde seguiremos enfrentando un panorama económico complicado.

Este contexto incluye la desaceleración económica mundial, más las previsiones de un desplome de las energías limpias y el repunte de las sucias, el supuesto de que el Banco Central Europeo (bajo la nueva dirección de Christine Lagarde) decida cambiar por completo su política y lleve su tasa de interés a positivo, posibles nuevas salidas de la Unión Europea, e inclusive la probabilidad de que Asia deje de utilizar el dólar estadounidense y, en su lugar, desarrolle una divisa digital.

Por su parte, nuestro México lindo y querido también se enfrentará a un periodo gélido, marcado por la debilidad de la economía mexicana, donde nuevamente se espera una disminución en el PIB del país, y esto a la vez se conjuga con una realidad de violencia que permea a todos los ámbitos de la sociedad.

La realidad es que el panorama para 2020 -tanto internacional, como local- es el efecto de los cambios políticos, económicos, sociales y fiscales mundiales, y por supuesto alimentaran la incertidumbre y la tensión de muchos.

No obstante, es el momento de hacer el balance de lo bueno y malo,  de no ser pesimistas y no sobre reaccionar, enfocándonos en las fortalezas externas, como la expectativa del crecimiento en las economías emergentes y en desarrollo, que se espera se estabilicen a medida que algunos países dejan atrás períodos de tensión financiera; como las internas, en las que se espera que México continúe con su nivel récord de remesas y con la baja inflación que se ha tenido el país y que es la menor en 3 años. A partir de esto, dependerá de nosotros si vemos el 2020 como una oportunidad o como un sueño inalcanzable.