Un golpe no es opción
Twitter: @HigueraB
"La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas".
- Albert Camus
El día de muertos fue, como ha sido desde hace más de una década, una fecha en la que se entremezclo mi día con dolor por varias ausencias y amor que celebra la vida con mi familia.
Paseamos, elaboramos calaveritas de dulce, hablamos de los ausentes, Emiliano, los abuelos y las tías abuelas. Recordamos que en esta tierra tan maltratada aún estamos vivos y llenos de amor y agradecimiento por la fortuna de compartirnos unos a otros.
Sin embargo, como si el all hallows eve tomara revancha de nuestro día fraternal con las catrinas, la noche se llenó de espectros y miedos, gracias a la mención de un golpe de Estado por parte del presidente en sus redes sociales.
Hasta el momento de escribir esta columna el hecho no había pasado de un susto monumental y muchas cavilaciones durante la noche del sábado. La espuma subió y los analistas hemos trabajado horas extra para saber o explicar que pudo haber sucedido que provocara el tuit famoso de Andrés Manuel.
En mi caso esto me llevó a reflexionar sobre lo que se encuentra en juego, las posibles consecuencias de que algo así realmente se concretara y que sucedería si fracasa o logra su cometido.
Lo que nos estamos jugando
La sociedad mexicana ha avanzado, a lo largo de décadas, con un paso penoso en el camino de la democracia. Pese a quien le pese, las críticas tan de moda sobre la falta de democracia en nuestro país son justas descontextualizadas y son muchas veces interesadas.Hoy en día, en México nos jugamos la poca o mucha libertad que se ha conquistado a lo largo de más 50 años de luchas, pero nos jugamos nuestra libertad.No hay una autoría única de ella y por eso es tan complejo explicarla. La escribieron los guerrilleros, los opositores blanquiazules/amarillo/guindas, los que marcharon para denunciar el fraude del 88, los que trabajaron para construir instituciones que garanticen la democracia, las mujeres que luchan y lucharon para erradicar la estupidez de una existencia sin derechos, las personas que cada elección van a votar a pesar de sus objeciones al sistema y a los candidatos, la prensa (no toda, no siempre) y la academia. La lista siempre se queda corta. Y por esto la obra de la libertad en México es imperfecta, llena de huecos y de deudas pero esperanzadora. Aún así es libertad. Los que tenemos memoria podemos recordar que hubo un tiempo de presidencia y gubernaturas imperiales, donde la idea de decidir nuestro destino por medio del ejercicio de nuestros derechos era irrisorio. Hoy podemos decir que estamos más allá de esos tiempos, pese a todo. Alejamos parcialmente esos poderes inauditos e incontenibles que están amenazando con regresar y provocar al tigre. Y eso es lo que nos jugamos, nuestros derechos, nuestra libertad.