Twitter: @MauricioAceves
Un video filtrado a medios internacionales por el Pentágono que no supera los 120 segundos de duración, muestra escenas de la operación del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de Estados Unidos en la que se abatió a Abu Bakr Al Baghdadi en la provincia de Idilib al norte de Siria, personaje ligado a Al-Qaeda desde 2003 y líder de ISIS desde 2013.
El hecho trascendió a medios por tres razones principalmente:
- La expectativa del comportamiento que podría adoptar ISIS tras la muerte de su líder.
- El posible domino de nuevas variables en la geopolítica del norte de Siria.
- El capital político que brinda la ocasión a la Casa Blanca en un momento en el que no encontraba más que reproches por parte de la comunidad internacional.
Syrian camp full of thousands of ISIS brides and their children has turned into a ‘mini caliphate’ despite death of its leader Abu Bakr Al-Baghdadi https://t.co/yl2Axl8xQ8
— Daily Mail Online (@MailOnline) November 11, 2019
Comparto algunos apuntes personales respecto a lo presenciado en últimas semanas.
-El terrorismo a diferencia del crimen organizado necesita de figuras con capital ideológico para representarlo, las motivaciones de adherencia o de cohesión a este tipo de organización tiene un alto contenido emocional, por lo que:
La muerte de Al Baghdadi no creará una cruzada hacía la sucesión y puede terminar por rendir el mal sueño del Estados Islámico.
Esto no significa que ISIS u otras facciones y grupos extremistas estén imposibilitadas para resurgir o que la paz en Siria esté asegurada.
-La neutralización de Al Baghdadi puede tener repercusiones favorables en relación con la estabilización regional, pero no es posible que los frutos de años de reclutamiento del Daesh en más de una docena de países vayan a terminar de un tajo como la vida de Al Baghdadi. ISIS está en posibilidad de continuar operando relegada a esfuerzos individuales, también es posible que esos puntos rojos sean nuevamente reclutados por otras organizaciones.
-Parafraseando a un amigo y profesor “las insurgencias y el terrorismo a menudo deben ser combatidos con símbolos”. Partiendo de los reportes de prensa a los que tenemos acceso, no podemos confirmar la relevancia de Al Baghdadi en la arquitectura de las operaciones de ISIS, sin embargo, podemos estar seguros de que su muerte es un símbolo que se suma a aquella derrota de ISIS en Raqqa (Siria, 2017), la entonces ciudad capital del Califato Islámico y al Waterloo de ISIS en Baguz (Siria, 2019), que marcó la derrota final del Califato en términos convencionales.
La muerte de Al Baghdadi puede interpretarse en términos simbólicos, en este nivel el resultado puede ser decisivo.
-La retirada de tropas -parcial, aunque sustancial- de Estados Unidos en Siria, ha sido una especie de suicidio geopolítico, por la naturaleza casi ilógica de la acción. Representa un retroceso geopolítico ante Rusia e Irán, en segundo lugar, resulta un hecho altamente criticable referente al abandono de aliados que sin el apoyo de EE. UU. quedan vulnerables ante los embates del ejército turco y por otro lado a merced del gobierno sirio.
Washington necesitaba urgentemente un tanque de oxígeno, la muerte de Al Baghdadi lo fue.
-La ocasión le da a Estados Unidos la oportunidad de retirarse de Siria con una victoria tangible, fácil de capitalizar ante los reflectores internacionales y electoralmente al interior, silenciando en ambos casos las críticas de la anunciada retirada.
-“Hasta que lo hayamos matado nosotros seguiré asumiendo que está con vida”, las palabras del entonces Secretario de Defensa, Jim Mattis en el ahora lejano 2017, referente a Al Baghdadi, a quien se le dio por muerto en más de una ocasión.