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@JOHN_OLIVERA
Durante muchos años los sindicatos han sido organismos defensores de los derechos laborales. Su auge fue en el siglo XX durante y posterior a la
Revolución Mexicana donde la esencia principal de este movimiento que dio un giro de 360 grados a nuestro país se consolidó en lo que hoy nos rige como sociedad, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Los motivos para llevar a cabo la conformación del grupo Constituyente fueron mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, equidad entre jornada laboral y su remuneración, así como el trabajo digno y respeto a los trabajadores lo cual tuvo como resultado la creación del artículo 123 constitucional.
¿Con la reforma laboral aprobada en mayo se llevará una buena administración de justicia?
De acuerdo con la publicación de la Jornada “Democracia para elegir dirigentes no atenta contra los sindicatos” (De la redacción, Martes 19 de noviembre de 2019) la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “
ha señalado que no se trasgrede este derecho al establecer mecanismos que salvaguarden la participación de los trabajadores en la elección de sus directivas sindicales, así como la negociación colectiva a través del ejercicio del voto personal, libre, secreto y directo”.
Sin embargo, con la
reforma laboral se pretende fortalecer a los
sindicatos, pero ¿de qué manera? Ya que si esta reforma promete que la elección de los sindicatos deberá ser de forma libre, directa y secreta. Un modelo ya conocido en algunos sindicatos como el
Sindicato Mexicano de Electricistas, quienes son impulsores de este sistema. Además, cuentan con mayor experiencia en este ámbito.
Lo bueno y malo
Se pretenden hacer elecciones sindicales “democráticas” donde los trabajadores podrán elegir a sus representantes sin temor a “represalias”. La intención es erradicar las viejas prácticas de
charrismo sindical donde los líderes no abusen del poder ni la confianza otorgada en el voto de sus agremiados.
Con mayor razón, se debería fijar la mirada en los antecedentes del propio Sindicato Mexicano de Electricistas, ya que, como lo mencioné anteriormente sobre la utilización de este mecanismo de elección por parte de este sindicato, la realidad es aprender de sus errores para que no se comentan en el futuro por las demás organizaciones.
En 2009 se llevaron elecciones amañadas donde el gremio quedo desprotegido, vulnerado y violentado por su líder sindical en ese momento, Martín Esparza Flores, en contubernio con su tesorero, Alejandro Muñoz Reséndiz, y el Gobierno Federal para extinguir Luz y Fuerza del Centro. Tema conocido, pero no divulgado correctamente, ya que el único beneficiado de todo este embrollo fueron
Esparza Flores,
Muñoz Reséndiz, el ex Presidente
Felipe Calderón, ex Senador
Javier Lozano y los allegados de estos personajes.
De lo anterior, en 2010 se realizaron demandas laborales ante diferentes instancias administrativas, legislativas y judiciales por parte de su actual Secretario General Jorge Sánchez García, con avances importantes, pero sin una respuesta gubernamental favorable para los miles de ex trabajadores que solo piden justicia.
Reflexión
Hay esperanza para que este nuevo sistema de justicia laboral permita el buen ejercicio judicial si la voluntad de quienes en esta nueva etapa en México juraron hacer valer el
Estado de Derecho. El ejemplo es claro. Esparza Flores ha sido acusado y expulsado por actos de corrupción y enriquecimiento ilícito ¿Qué harán las nuevas autoridades en esta instancia? De aquí en adelante se verán los resultados de lo que se espera para los demás sindicatos.
