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Recuerdo el documental cuyo título es The corporation del año 2005 de Mark Achbar y Jennifer Abbott en el cual en una gran producción de tres partes, van demostrando a partir de los criterios del Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales conocido como el DSM-IV, estableciendo un paralelismo entre la conducta de la corporación con ánimo de lucro y el comportamiento de un psicópata clínicamente diagnosticado.

Descubrieron que las prácticas corporativas examinadas encajaban con los síntomas que el DSM-IV considera definitorios para un psicópata atestiguado por el doctor Robert D. Hare un especialista de gran renombre en el campo criminal. Dicho documental recuerdo haberlo puesto mucho de mis alumnos y les impactaba de modo tal, que en algunas y algunos se despertó una conciencia sobre todo en el campo de lo ambiental. Recuerdo que en ese tiempo el foco estaba en el hecho de que las empresas fuesen empresas socialmente responsables con respecto a sus actos y el impacto de los mismos en el ambiente. Grandes corporaciones cambiaron sus métodos, e incluso sus recursos para no ir en detrimento del medio ambiente y aún sigue esa lucha.

Pero hoy en día, una de las grandes acciones que se han sumado a las comunidades empresariales es precisamente resignificar el trabajo como una manera de dignificar a la humanidad y no como un método de explotación.

En México, tristemente aún estamos muy atrasados en esta conciencia. Si somos honestos, son muy pocas las empresas que se están preocupando en realidad por generar un nuevo paradigma. Como asesora de empresas puedo decir que aún me he topado con dueños que temen perder su “poder” si ceden a algunas de las herramientas que se emplean para generar bienestar en los empleados, tan sólo la idea de horarios flexibles les genera un conflicto pues aún piensan que es imposible un trabajo de menos de 8 horas (cuando bien les va) o que no tienen porque llevar sus problemas de casa a la oficina. Pensar de este modo no sólo me parece arcaico sino hasta inhumano.

Hoy las empresas del primer mundo están siendo conscientes de que si no cuidan a su personal les puede ir peor, pues según las encuestas de Gallup reportaron que el 80% de la gente encuestada no era feliz, el 56% no detectaron bienestar alguno en lo que hacían, 67% vivía con más estrés y por ende se reportaban más veces enfermos o producían menos, y el 90% reportó que ya padecía algún trastorno debido al estrés.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud predijo que para el 2020 el 30% de la población estará afectada por algún tipo  de enfermedad mental.

Si es usted empresario yo le preguntaría ¿aún piensa que no es importante atender la salud de sus empleados? No es por casualidad ni mucho menos por moda, que las empresas en otros países ya se estén abocando a lo que llaman las capacidades blandas. Vikas Pota Director Ejecutivo de la Fundación Verkey dice “Son habilidades que la tecnología nunca dominará” de ahí que el trabajo emocional es de vital importancia para cualquier empresa de cualquier rubro y de cualquier tamaño.

Es indispensable concentrarnos en fomentar y ayudar a los empleados a trabajar en su inteligencia emocional, no sólo dar cursos o pláticas sino en verdad generar un cambio, hacer entrenamientos de esto, un curso no basta, sino pregúntese ¿cómo les fue a muchas empresas que acudieron a coaches o gurús de la solución rápida? Siempre lo he dicho en mis entrenamientos, sino empezamos por nosotros mismos es imposible que se genere un cambio general. La base de este nuevo paradigma empresarial es la empatía, justo de lo que carece un psicópata.

Y ser empático es tener comprensión y compasión sincera por el otro.

¿Por qué será tan importante trabajar esto en una empresa? Simplemente porque ayuda a que las situaciones de conflicto se solucionen de modo más efectivo, porque las personas se sentirán felices e identificados en su sitio de trabajo, querrán hacer y dar lo mejor de sí mismos en un sitio donde se sienten valorados, comprendidos y hasta queridos. Se generará un ambiente de cordialidad y de respeto.

Es tiempo de estar ya a la altura de lo que la época reclama, no podemos ser tan avanzados tecnológicamente y científicamente y a la vez, tan retrógrados en lo humano. No es posible que las condiciones laborales que muchos viven en México se sigan permitiendo, muchos hemos sido esclavos con sueldo, sin tiempo para hacer otra cosa que no sea el trabajo, muchos ya padecemos ataques de pánico, depresión por las jornadas largas, la incertidumbre constante ante la inestabilidad laboral y todo lo que ya saben mucho por propia experiencia. Ya no es posible que se sigan fomentando este tipo de empresas psicópatas y trabajemos por hacer de las empresas más humanas, si usted es empresario, no dude ni un segundo en invertir en ello pues ahí se encuentra justo la estabilidad de su propia empresa e incluso de su propia vida. Si las corporaciones fueron creadas por humanos

¿Por qué no se dedican a dignificar a la especie humana?