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Actos de poder
Desde la campaña presidencial 2005 – 2006 Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón han estado enfrentados políticamente.
El segundo ocupó la presidencia de México gracias a una campaña impulsada desde Los Pinos y que concluyó con una resolución del Tribunal Electoral que le otorgó el cargo a Calderón.
La de 2006 fue una de las campañas más sucias que, sin ética, presentaba a un adversario político como el mayor de los males para México.
Desde ese año, López Obrador llamó a Calderón espurio, por haber ocupado la presidencia a causa de un fraude (que no solo implica el robo de votos, sino de acciones que antes, durante y después de la jornada electoral enturbiaron la elección) y el mote persiste cada vez que el michoacana sale a escena.
En 2019 hay una reedición del conflicto. Ahora la confrontación se reaviva pues un informe sobre el comportamiento en redes sociales en contra de la prensa, se involucra a un hijo de Calderón. Obvio que el expresidente sale en defensa de su hijo negando que esté involucrado en las campañas para atacar, al menos en esta, al gobierno y la prensa.
El informe no es transparente: oculta quién estuvo atrás de la campaña de # prensa prostituida, prensa sicaria. Y más allá de que calumnia y expone a mi hijo: ¿es delito criticar al gobierno? ¿por qué los órganos de inteligencia se dedican a investigar críticos? buscan distraer.
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) November 4, 2019
Pero aún más, Calderón, en una entrevista con Ciro Gómez Leyva, llamó cobarde al presidente y pidió que, si tenía algo contra él:
“Que se meta conmigo, pero con lo hijos no”, y exigió una rectificación del mandatario.
Sé que, si queda comprobado que el hijo de Felipe Calderón no participó en esa campaña, en Palacio Nacional se ofrecerán las disculpas pertinentes.
También veo que, más allá del presidente López Obrador y de Felipe Calderón, se ha reiniciado una nueva polarización en la sociedad.
Otra vez, los adversarios se lanzarán en contra de sus opuestos sin mediar la razón.
El extremismo de unos y el radicalismo de otros irá subiendo de tono hasta llegar a lo irreconciliable.
México no está para más enfrentamientos. Se podrá no coincidir con las acciones de gobierno, pero mucha de la crítica se sigue dando con insultos. Y tampoco es sano que el que critica sea visto como enemigo, sino como una voz que alerta de “algo” que no camina bien.
Espero que, por el bien de todos, comience a privar la razón.
La Letrina. Asegura Calderón que en 2006 hubo un intento del golpe de estado. No, lo que hubo, en todo caso fue, el intento de no permitir la asunción de alguien que fue nombrado presidente por un colegiado que, débil, no tuvo el coraje de anular la elección de 2006 luego de todas las maniobras ilegales que desde Los Pinos se usaron para impedir que Andrés Manuel López Obrador fuera investido presidente.