Medina Mora
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Actos de poder
Desde que fue impuesto por Enrique Peña Nieto como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Eduardo Medina Mora fue duramente cuestionado por la opinión pública, la clase política y el gremio de los juristas. Fue director del espionaje del Estado, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional y luego secretario de Seguridad Pública y después Procurador General de la República. Los resultados de su desempeño están a la vista. No hubo inteligencia ni acciones de prevención y tampoco de persecución a los criminales que operaban durante el lapso de sus encomiendas y tampoco detectó a los grupos delincuenciales que estaban en formación.Era, como se decía en el pasado, un hombre del sistema para dar servicio a su grupo político.Si la idea del peñanietismo era la de tener un ministro que cuidara sus intereses en la Corte, fallaron rotundamente. Ni el exconsejero Castillejos ni el expresidente Peña Nieto contemplaron que Medina Mora seria uno de los primeros en caer ante la evidencia de corrupción. Desde que el columnista del El Universal, Salvador García Soto reveló ingresos en Londres por más de 2 millones de libras esterlinas en las cuentas de Medina Mora, el mundo, y la estrategia de ser garante de su grupo político en la Corte, comenzó a desmoronarse. Hay quienes, en su análisis, aseguran que la renuncia de Medina Mora fue inducida desde Palacio Nacional. Creo que, además de la declaración abierta y permanente del presidente López Obrador en contra de la corrupción, la dimisión de Medina Mora se da en la conjunción de dos factores más: la renovación del poder Judicial desde adentro y la tarea de un medio de comunicación, El Universal y García Soto, para transparentar la actuación de los hombres del poder. Bienvenida, entonces, la renuncia de Medina Mora.