Temporada de Luna

viernes, 4 de octubre de 2019 · 09:47
Twitter: @LeSz

Empieza el mes de octubre y con él las lunas más increíbles del año. El otoño oficialmente hace su aparición y es difícil ignorarlo. Por todos lados aparecen calabazas, la cosecha se recoge, los árboles comienzan a deshojarse y las criaturas nos comenzamos a preparar para el invierno, no como antes; saliendo a cazar para aprovechar la luz de la luna, o guardando conservas para no salir a ningún lado los meses de frío, pero si cambia la dinámica, nuestro día a día y claro; lo que ponemos en el menú.

Se antoja pasar la tarde lluviosa en la casa, se saborean nuevas especias en las sopas, frutas en el agua fresca y se agregan elementos diferentes hasta en el café.

La temperatura baja mientras que las ganas de estar acurrucados, ya sea solos o acompañados, aumentan proporcionalmente. Comienza el inicio del fin de año, empezamos a hacer el recuento de los daños, y con suerte a saborear todo aquello que se fue sembrando.

Es un mes que nos sirve de antesala, de colchón, un tiempo de transición que nos abraza con colores cálidos para no llegar de golpe directo al frío del invierno.

Hoy en día podemos conseguir casi cualquier ingrediente los doce meses del año, aunque no esté en temporada. Esta gratificación instantánea ha dañado la sustentabilidad en el campo, la alimentación que llevamos y nuestras relaciones. Y es que,  estamos tan acostumbrados a cumplir nuestros antojos sin pensar en las consecuencias a largo plazo que no hay siquiera oportunidad para trabajar en nuestra resiliencia. La oferta no ayuda; en la mayoría de los supermercados se tiene a la mano frutas y verduras  de otra estación; que viajan de muy lejos para llegar a nuestras manos.

Ahora es más fácil que nunca elegir aquello que ya se conoce, conseguir lo que sea que queramos sin que se requiera un mínimo de paciencia, de esfuerzo, sin que tengamos la necesidad de trabajar con la imaginación de sustituir ingredientes, de crear nuevos platillos, de explorar mediante el paladar nuevos mundos.

Si queremos basar nuestra alimentación en productos frescos, menos procesados y hacerla más sustentable, entonces si, el menú cambia.  Se altera lo que comemos conforme avanzan las estaciones, temporadas y lugar en el mundo, ya lo he mencionado antes; la geografía es destino, y es justo esto a lo que podemos sacarle ventaja.

Lo mejor de adecuarnos a lo que nos brinda cada temporada no es sólo la frescura y garantía de sabor, sino la oportunidad de conocer y crear nuevos platillos y recetas.

Aprender a aprovechar aquello que tenemos en el momento presente no sólo es necesario en la cocina.

¿Cuántas veces pasamos de largo frente aquello que se nos ofrece en abundancia sin darnos cuenta? ¿De cuántas experiencias hemos privado a nuestros sentidos por resistirnos a probar algo nuevo?

En mi caso suscribirme al huerto local fue una de las mejores decisiones que he tomado.Me forzó a aprender a utilizar vegetales que no conocía o no consumía con regularidad para preparar mis propios inventos y aprender a elaborar platillos que ni siquiera conocía. Salir de la zona de comodidad muchas veces requiere de un empujón, otras; de aventarse aunque no haya testigos.

Un día  llegó un chilacayote - jamás los había visto- tuve que preguntar entre compañeros de trabajo y amigas qué era, cómo se comía. Yo veía una bola verde y dura que parecía una mezcla de melón y sandía, pero mucho más dura - me di cuenta después-, partirla en cuatro partes para ponerla en la olla la primera vez fue la parte más complicada, después de eso aprendí a mezclarla con lo que sea que tuviera entre el refrigerador y la alacena de manera fácil y divertida, mis favoritos resultaron ser los fideos de chilacayote.

Así empecé a expandir mi pequeña lista de recetas, aún me faltan muchísimos ingredientes por conocer, sin contar de platillos por hacer,  probar o siquiera saber que existen, pero perder el miedo a probar cosas nuevas es imprescindible si lo que quieres es ponerle sabor a la vida.

Probablemente en el proceso muchas recetas no salgan particularmente deliciosas  y encuentres varios platillos sino incomibles al menos no dignos de repetirse, pero es parte del encanto. No podemos cambiar el pasado pero ciertamente podemos decidir no volver a repetirlo, convertir la cocina en un laboratorio de prueba y error es una oportunidad que por desgracia, no tenemos en todos los ámbitos de nuestra vida, por eso hay que sacarle provecho.

Otros productos que puedes aprovechar esta temporada en México son: berenjenas, higos, calabazas, chile poblano, ejotes, higos, duraznos, verdolagas, dátiles, chirimoyas, guayaba, mandarinas, toronjas, tejocotes, uva, pera y papaya.  Abre bien los ojos , no vaya a ser que por poner tu atención en aquello que no está te pierdas lo que te da la vida en el momento presente.

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