Topo Chico: el final de un estado primitivo

miércoles, 2 de octubre de 2019 · 02:01
Twitter: @marisahurtadom El lunes 30 de septiembre de 2019, por siempre será recordado como el día en el que se puso final a uno de los capítulos más trágicos y violentos de la historia penitenciaria de México. Tras 76 años de estar en funciones como un centro carcelario, y de ser un escenario de masacres, enfrentamientos entre cárteles de drogas y asesinatos de funcionarios, Topo Chico cerró sus puertas para convertirse en sede del Archivo Histórico de Nuevo León. A lo largo de su trayectoria como penal, Topo Chico se caracterizó por una violación sistemática de los derechos humanos y las garantías individuales, el hacinamiento, la sobrepoblación y la corrupción. Asimismo, por años, tanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos, como la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León, reportaron los problemas dentro de esta cárcel, como faltas realizadas por el personal de seguridad, internos encadenados con grilletes de pies y manos en un área llamada canina, imposición de correctivos disciplinarios sin garantizar el derecho a una audiencia previa a la sanción, celdas cubiertas con cobijas y madera que impedían ver lo que ocurría al interior, además de la falta de una clasificación penitenciaria, ya que reos federales y los de fuero común, convivían entre sí dentro de la prisión. Bajo esta misma línea, en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, también se reportaron deficiencias en los servicios para mantener la salud de los internos, insuficiente material de atención médica y atención psicológica, existencia de áreas de privilegios, objetos y sustancias prohibidas, e internos que ejercían violencia o control sobre el resto de la población. Todo esto sin que ninguna autoridad hiciera algo al respecto. Tomando en cuenta este contexto, es importante resaltar que, de acuerdo con el Artículo 18 constitucional, el propósito de la prisión en México es lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir. Esto con base en los derechos humanos, el trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte.
Claramente esto no ocurría en Topo Chico, sino por el contrario, el internamiento en este penal se convertía en una devastadora experiencia, en las que los hombres regresaban a un estado primitivo...
... en el cual se regían bajo el marco de que el más fuerte, es el que sobrevive. Por estas y muchas otras razones...
No se puede considerar más que una victoria, a el fin de la existencia de esta cárcel.

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