Twitter: @Marioliva4
Los pueblos y comunidades indígenas cuidan el 80% de la biodiversidad del planeta y el 48% de los bosques a nivel mundial, a pesar de representar tan solo el 5% de la población mundial. Gracias a sus conocimientos, sus prácticas y el manejo que dan al entorno, conservando el agua, el suelo y desarrollando estrategias de resiliencia. Con dietas variadas y super nutritivas, son ejemplo vivo de la adaptación al cambio climático, siempre podemos aprender de su cosmovisión en el mundo.
Sin embargo, a pesar de salvaguardar la biodiversidad, los bosques, el agua, los recursos naturales a tal magnitud ante la crisis multidimensional en la que estamos inmersas, los ataques hacia comunidades indígenas en resistencia contra el extractivismo y la depredación de los recursos naturales son constantemente amenazados, encarcelados injustamente y también asesinados, tanto por las empresas trasnacionales interesadas en desarrollar megaproyectos de infraestructura, minería o tala de bosques, tanto por gobiernos , grupos paramilitares, mafias de talamontes y carteles de narcotráfico.
La lucha va desde los países del norte, contra los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, en donde la lucha contra la minería, la protección del agua y bosques y la explotación del llamado “petróleo no convencional” como el aceite pesado y arenas de alquitrán, han marcado la lucha de los pueblos indigenas, cuyos territorios, han sido desconocidos, y en muchos casos, han sido impuestos proyectos que ponen en riesgo sus fuentes de agua potable como el ducto “XL Keystone” que atraviesa de Alberta Canadá a Texas.
O en países del sur global, cuyos gobiernos de derecha se han declarado abiertamente contra su existencia, como el Brasil, de Bolsonaro, cuando las protestas por la deforestación, explotación y tala ilegal de la Amazonia, habían ya levantado las alarmas antes de los incendios provocados (e incluso culpándolos) ante múltiples intentos de desplazarlos de sus territorios, y también con gobiernos que no necesariamente se han declarado en su contra, aunque de manera hipócrita, en su práctica sucede, y ejemplos hay muchos, pero enlistemos los mas recientes: Colombia, Honduras, Ecuador y México.
En España, este sábado 12 de octubre, Marichuy, como representante del Consejo Nacional Indígena, levantó las alarmas ante el incremento de represión, hostigamiento y asesinato de líderes indígenas miembros del CNI, en México, por su postura de oposición ante los megaproyectos, que se desarrollan, a pesar de la crisis multidimensional que vivimos. Basta con recordar el caso de Samir Flores, en Morelos.
Y es que yo creo, que nuestros ojos, exigencias y apoyo, debe estar con quienes han conservado lo poquito que nos queda, quienes además nos pueden enseñar mucho para cambiar el paradigma de desarrollo en el que vivimos. No echemos en saco roto estas exigencias, está sucediendo y no hay que permitirlo. Verlo como una provocación al actual gobierno es cerrarse a la realidad de las comunidades que viven diariamente en la resistencia contra este sistema extractivista.