¿Cómo mejorar la competitividad de México?

Twitter: @RicardoSolano_ El pasado 8 de octubre, el Foro Económico Mundial dio a conocer el Índice Global de Competitividad 2019. Dicho índice incluye 141 economías que agrupan al 99% del PIB mundial. Este reporte se compone de 103 indicadores concentrados en 12 pilares: instituciones, infraestructura, adopción de TIC’s, estabilidad macroeconómica, salud, educación y habilidades, mercado de productos, mercado de trabajo, sistema financiero, tamaño de mercado, dinamismo de los negocios, y capacidad de innovación. Este índice Global de Competitividad debiera ser base para la creación de políticas públicas dentro de los tres niveles de gobierno, ya que cada uno tiene responsabilidades específicas para la atracción de inversión y desarrollo económico.

México pierde competitividad a nivel mundial. En el Índice Global de Competitividad 2019 del @wef, el país se ubicó en la posición 48, dos sitios por debajo de la edición del año pasado. Su talón de Aquiles: las instituciones. ?? @Mariana_Olza https://t.co/YyGQDH7Ad3

— IMCO (@imcomx) October 14, 2019

El primer aspecto para considerar es que México cayó dos lugares con respecto a 2018, pasamos del puesto 46 al 48 de 141 economías. De acuerdo con el propio informe, esta caída se deben -en gran medida- a que otras economías están avanzando a una mayor velocidad en mejorar su productividad, no necesariamente a que el país haya retrocedido. Esto quiere decir que otros países -literalmente- nos están comiendo el mandado. ¿Dónde están las mayores áreas de oportunidad? Es evidente que en el tema de seguridad. México ocupa el puesto 138 de 141 en el pilar de seguridad. En concreto, en materia de crimen organizado estamos en el lugar 140 y la confianza en las policías se ubica en el lugar 139. El solo hecho de poder mejorar las capacidades institucionales de impartición de justicia y las condiciones de seguridad podría catapultarnos varios puestos arriba en el índice. No obstante, todo parece indicar que 2019 será, por mucho, el año más violento en nuestro país. Necesitamos, con urgencia, mejorar las policías y trabajar con más ahínco en la homologación de procedimientos. Además, es indispensable que las agencias de seguridad y el Poder Judicial tengan acercamientos para que el trabajo de los policías y sistemas penitenciarios vaya de acuerdo con los protocolos que los jueces esperan se cumplan. Desafortunadamente, la inexistencia de este diálogo entre poderes ha generado caos en el cambio de sistema de justicia penal y en la ejecución de sanciones en nuestro país. Esto se pone en evidencia cuando vemos cómo califican a México agencias internacionales en materia de seguridad. Asimismo, este índice da cuenta de la poca independencia judicial y de cómo se está atentando contra la libertad de prensa, ubicándonos en los puestos 103 y 118 respectivamente.

Otro de los grandes pendientes es la capacidad de los gobiernos para hacer frente a los cambios tecnológicos, sociales y económicos.

Lo anterior va de la mano con la capacidad de generar una visión de gobierno de largo plazo. En ambos rubros, México se ubica por debajo del lugar 100. Lo cual significa que el gobierno en su conjunto tiene poca flexibilidad para enfrentar variaciones en el statu quo. Como lo he escrito en ocasiones anteriores, las políticas de austeridad en el Gobierno Federal deberían pasar forzosamente por un cambio tecnológico en el funcionamiento del aparato gubernamental, de tal manera de con menos funcionarios se pudiera generar mayores resultados. Lo que vemos es solo una reducción de personal sin mejoras tecnológicas, lo que podría ocasionar menos productividad en el gobierno. Cambios tecnológicos bien podrían ser parte de una estrategia de gobierno de largo plazo. Solo con este tipo de estrategias podremos mejorar nuestra competitividad.