Twitter: @Hector_Esca

Hace algunos años Panteón Rococó lanzó una canción que se llamó la ciudad de la esperanza. Hoy sigue tan vigente como en aquel 2004 o como en aquel 1998 o 1995, parece que las cosas no avanzan en la Ciudad de México, de hecho, parece que vamos para atrás.

Tan solo en las últimas dos semanas hemos visto como la CDMX vive uno de los peores momentos que se recuerden: asaltos, manifestaciones violentas, paro de taxistas y una violencia que desafortunadamente parece tan cotidiana como insostenible. Parece que a Claudia Sheinbaum se le está yendo de las manos la ciudad.

La Jefa de Gobierno anunció durante la semana el nombramiento de Omar García Harfuch como titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, se ha con muy buenos ojos el nombramiento y los especialistas consideran a Harfuch como un acierto en su nueva responsabilidad, una con muchos pendientes.

La legitimad con la que llegaron las autoridades fue amplia, tanto en la CDMX como en la Presidencia de México, Morena llegó con un incontrovertible apoyo y con una victoria holgada respecto a sus contrincantes. Sin embargo, el pendiente mas grande que señalaron esos mismos votantes fue el de la seguridad pública.

Hoy, después de 10 meses de gobierno, las cosas no solo no han mejorado, sino que van peor.

Es probable que cerremos el año como el más violento en la historia de México y que la CDMX tenga números rojos en ese sentido. La paciencia de la ciudadanía también tiene un límite y está a punto de agotarse.

Claudia Sheinbaum pasó en pocos meses de ser una esperanza a una incógnita.

Los ciudadanos de la Ciudad de México queremos creer en una ciudad de la esperanza, sin embargo, como aquella letra de Panteón Rococó que retrató el pesimismo que era pertenecer a la CDMX, hoy vemos que todo sigue igual. Tristemente no se ve en el horizonte que algo vaya a cambiar.