Joker, una película más
Twitter: @jimenaladu
Lo que sí hace muy bien Hollywood es digerir el arte para dárselo a los mortales y que les agrade sí o sí lo que ven. Lo cual está muy bien porque es un espectáculo y por eso pagas.
Después de haber visto el cine de ultraviolencia y el cine distópico de los años 70, Joker no les llega ni a los talones a Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976), Naranja Mecánica (Stanley Kubrick, 1971) y El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972). Tampoco le llega ni asomándose a películas de ultraviolencia como Rollerball (Norman Jewison, 1975) o Los perros de paja (Sam Peckinpah, 1971)…
Tampoco llega a culminar la distopía que anuncia Blade Runner (Ridley Scott, 1982) o Brazil (Terry Gilliam, 1985). Lo que sí logra es conjuntar todos los elementos para ver cómo se construye la psicología de un personaje y con la excelente interpretación de Joaquín Phoenix, aunque para mí este personaje es consecuencia de dos de sus grandes actuaciones en las películas Nunca estarás a salvo y The Master.
A todo esto la declaración de Martín Scorsese sobre las películas de superhéroes:
"No las veo. Lo he intentado, ¿sabes? Pero eso no es cine. Sinceramente, lo más parecido a ellas que puedo pensar, pese a lo bien hechas que están, con los actores haciendo lo mejor que pueden bajo esas circunstancias, son los parques de atracciones. Eso no es cine de seres humanos intentando expresar experiencias emocionales y físicas a otro ser humano."Y tiene razón… No son seres humanos es la recreación de una fantasía que si no lo entiendes como espectador no entendiste nada.