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Amante del Buen Comer®
¡Malpensados! Si creyeron que revelaría algún secreto con tendencia pasional más que culinaria, se equivocan. A pesar de que está de moda el “suggar daddy” y de que en mi último viaje con mi papá me preguntaron si era mi pareja dada la moda de José José (QEPD) con su 40 y 20, la verdad es que les hablaré de uno de mis platillos orientales favoritos: el Don.
Uno de los destinos que tengo pendiente en mi lista de lugares por visitar antes de morir es Japón. Cada que refiero que quiero conocerlo, no hay persona que no me diga que es de los países más maravillosos, que su cultura es única y su amabilidad impecable. Aunado a ello, las pruebas gastronómicas que de su cocina he deleitado me motivan aún más a conocer al país del sol naciente.
Entre las variedades de platillos que ofrece la cocina japonesa, el DON o donburi es mi predilecto.
Este plato es una gran conjunción de arroz hervido, servido en un bol individual acompañado de ingredientes cocidos o crudos que se aposentan sobre él (como verduras, carne, pescado y/o marisco). Su origen data del siglo XVIII y se cree que es producto de la practicidad de los japoneses que buscaban, en una sola comida rápida, poder satisfacer su hambre. Los primeros lugares donde se vendió fueron en aquellos de entretenimiento como teatros y parques. De todas sus opciones, mis favoritos son los de mariscos y, si somos más específicos aún, los de atún. Tal es mi gusto que, de los tres lugares que aquí les hablaré, en los tres he probado justamente el don de atún y, cada que los vuelvo a visitar… pido lo mismo.
¿Qué es lo común en estas tres deliciosas opciones? El punto perfecto de su arroz (aglomerado pero no pastoso y mucho menos seco), la frescura y fuerza del sabor del atún que no cede ante ningún otro ingrediente y los acompañantes bien distribuidos, cálidos y oportunos.
Koku Ubicado en la colonia Cuauhtémoc, específicamente en su calle de Río Lerma, Koku abre sus puertas para deleitar a Godinez y habitantes del lugar. Con un espacio amplio, cálido, que arropa en cuanto uno entra, pero que hay que esperar un poco porque es tan bueno que siempre está lleno, Koku ofrece una carta amplia, con precios súper accesibles, y lo mejor de todo, con una calidad de frescura de sus alimentos que en pocos lugares he podido ver. En este gran lugar, el Magurodon es mi plato de siempre.
Deigo Mucho tiempo mis rumbos fueron en la famosa colonia del Valle y justo ahí, frente al bien conocido Parque de Pilares, se encuentra un pequeño portón tipo garaje, qué al ingresar en él, nos remite a esos delicados jardines nipones con bonsáis, fuentes y peces anaranjados, disimulando el ruido ensordecedor de la ciudad para regalarnos un momento de paz y delicia. Aquí tengo entendido que el Chef es originario de Japón. En este pequeño refugio, Tekkadon es mi favorito.
Ah-Un Ubicado en el mero centro de nuestra querida CDMX, en la famosa calle de Motolinía, un pequeño local, con mobiliario todo en madera rustica y amable, con una musicalización bastante gentil, Ah-un nos deleita con una carta generosa, a precios bastante económicos y con una excelente calidad. Aquí, el Spicy magurodon es el ganador.
Así que, queridos amantes del buen comer® oriental, si la comida con palillos en deliciosas porciones es lo suyo, no dejen de visitar cualquiera de estas tres opciones que, sin lugar a duda los dejará satisfechos y felices. Sayonara.
¡Buen Provecho!