Cambios de forma sin fondo

martes, 1 de enero de 2019 · 08:00
Twitter: @JOHN_OLIVERA

En la historia de México se han vivido cambios radicales que marcaron la vida política, económica y social del país. Mencionando las primeras tres etapas como lo alude Andrés Manuel López Obrador son: 1) La independencia (1810 - 1821) , 2) Las Leyes de Reforma (1858 – 1861) y 3) La Revolución Mexicana (1910 – 1917). En donde el sistema predominante fue eliminado a través de cambios constitucionales de facto.

¿Qué se opone a la “Cuarta Transformación”?

De manera simple, la duda. No es lo mismo ser oposición que gobernar, los diferentes factores que influyen para ser nuevo gobierno y su propósito de “cambiar de régimen”, no es fácil. La deuda que adquirió AMLO con la ciudadanía es demasiado grande e imposible de cubrir, ya que para alcanzar a cumplir las promesas de campaña, tendría que incrementar la deuda económica del país, hacer ajustes en el presupuesto, obtener mayor inversión externa que cubra los gastos internos y equilibrar el rubro económico – social de la nación con presupuesto público.

Lo que Obrador no ha terminado de entender es que el show mediático es un simple instrumento temporal, más no definitivo. Tal como lo menciona Noam Chomsky en su publicación “Las diez estrategias de manipulación mediática” (autor de origen Sylvain Timsit), donde explica las diferentes técnicas de manipulación de masas a través de las necesidades humanas. ¿Cuánto tiempo le va a durar el gusto?

[caption id="attachment_35192" align="aligncenter" width="511"] Fuente: Twitter.com/@lopezobrador_[/caption]

¿Habrá enemigos de la “Cuarta Transformación”?

Sin duda alguna, es el mismo Presidente de la República en contra de Andrés Manuel López Obrador. La figura presidencial es más que un símbolo de popularidad y espacio de intereses personales, por tal razón el proyecto de nación de Obrador se ve mermado. Se dice que el prometer no empobrece, dar es lo que aniquila, ¿Cuántas promesas no ha hecho López Obrador?

Adicionalmente, pareciera que el Presidente de la República se está transformando en un actor político autoritario y no en un líder diplomático que logre llegar a los acuerdos entre su partido y la oposición, tanto en gobierno como en el Congreso de la Unión y en el Poder Judicial. Tal vez desee el barco completo.

De forma objetiva, haciendo una comparación del actual mandatario con los últimos cinco, desde la elección presidencial de 1988 y el sexenio de Don Carlos Salinas de Gortari donde se vivió un escenario real de oposición moderna. Estos últimos lograron obtener un gobierno diplomático a pesar de la oposición, relativamente fueron administraciones estables, todo lo contrario al actual gobierno, ya que se ha dedicado a contradecir todo aquello que, en sexenios anteriores consolidaron, bueno o malo, pero ha sido una campaña en contra de todo aquel que no coincida con sus ideas o fines propósitos políticos – personales.

Reflexión

Si se desea la “Cuarta Transformación” se debe trabajar en cambios reales, de forma y de fondo. Maquillar “cambios” no es transformar, es maquiavelizar con el estado de derecho de los ciudadanos y jugar con la esperanza de México. Los mexicanos no necesitamos de más divisionismo ni crisis política – económica – social, requerimos de un líder sensato que cubra una investidura presidencial al tamaño de lo que representa para que nos represente. Los cambios serán reales y efectivos cuando se vea reflejado en los bolsillos de los ciudadanos en general no en un solo sector poblacional. No se puede abanderar las causas de los pobres vulnerando a la clase media, los ricos jamás pierden.

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