Twitter: @jonasartre
Algunos años atrás cuando se hablaba de vaporizadores se pensaba en aparatos híper sofisticados con un alto costo, pero en la actualidad con la popularización del cigarro electrónico y las plumas vaporizadoras, los costos se han disminuido notablemente.
En los últimos años, ha habido una proliferación de productos en una multiplicidad de presentaciones. Desde líquidos con nicotina saborizada, pasando por extractos de cannabis, algunos regulados y otros de libre venta en el mercado ilegal e informal. Cambiando la forma en la cual se conceptualiza y regula a los fumadores. La palabra Vapear significa vaporizar, actualmente se entiende como el acto de utilizar algún cigarro electrónico o algún otro dispositivo que vaporice líquidos, resinas, extractos o flores.
Esta proliferación en el consumo ha propiciado la venta de sistemas electrónicos de vaporización y combustión con pocas o nulas regulaciones, que en su mayoría son consumidas por jóvenes o menores de edad. Por lo cual, desde hace algunos años comenzó una fuerte campaña de desprestigio por parte de algunos profesionales de la salud, incluso llegando a los grados de esparcir un pánico moral y lo que actualmente se le ha comenzado a denominar: “una epidemia de vapeo” y una “guerra contra el vapeo”, incluso en estados de la unión americana, se han presentado propuestas para realizar estudios antidoping en las escuelas preparatorias para con esto disminuir su consumo.
En este orden de ideas, hace unas semanas en la prensa internacional se comenzó a informar respecto a un “misterioso” caso sobre envenenamiento y muertes relacionadas con cartuchos de vaporizadores. Donde se afirmaba que en los últimos meses, 450 personas, en su mayoría adolescentes y adultos jóvenes, habían contraído una enfermedad pulmonar grave en 33 estados y un territorio de la Unión Americana y cinco habían muerto, según funcionarios de salud pública. Desde el comienzo del brote, la respuesta del Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la FDA fueron delegar la responsabilidad a la vaporización.
A pesar de la ausencia de pruebas, así como de evidencia creíble, esta noticia fue replicada por medios de comunicación de manera global.
Como antes mencionaba hay dos grandes vertientes aunque no únicas del uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos, que están regulados y que contienen e-líquido lícito con extractos de nicotina saborizada, o extractos saborizados y extractos de cannabis. Y por otro lado, los mismos tipos de extractos pero des regulados y comprados en el mercado ilícito o informal, o en estados donde no existen las regulaciones sobre dispositivos electrónicos o regulación de cannabis para uso adulto y estos son muy probablemente los relacionados con los casos de enfermedades debido al tipo de disolventes tóxicos utilizados para los cartuchos.
Chicago prohibirá venta de cigarros electrónicos con sabores https://t.co/ljd2EHH5eM pic.twitter.com/GjLoUAwy64
— FOROtv (@Foro_TV) September 17, 2019
Esta noticia y el desafortunado incidente, no son más que un brazo del largo entramado de la tensión y las áreas grises derivadas de una práctica cada vez más extendida y la necesidad de identificar en el pánico moral y en el miedo una respuesta para, los posibles daños asociados por el uso de estos dispositivos electrónicos, los cuales según las últimas estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud, han desplazado el mercado de los cigarrillos de tabaco entre los jóvenes.
A manera de cierre, pondría en perspectiva que esto no es un debate nuevo en la unión americana, pues ya en el año 2016 la cámara de representantes había elaborado una regulación sobre los Nicotine Delivery Systems (Sistemas electrónicos de dispensación de nicotina). Debido a que la mayoría de cigarros electrónicos contienen nicotina, y habría que señalar que los cartuchos los cuales son vendidos con “aceites” están fuera de la regulación. Por lo cual identificar los factores de riesgo asociados al consumo de productos de dudosa procedencia aumentan los posibles riesgos y daños aunados a la ingesta de extractos vaporizados, así como hacer hincapié en la necesidad de implementar sistemas de información no basados en especulación y el pánico.