Twitter: @LuzJaimes
Existen fragmentos de tiempo en esta vida que se asoman desde un portal deslumbrante al que es inevitable entrar. Es un misterio cautivante la responsabilidad de su existencia. Una fuerza poderosa empuja todo lentamente y poco a poco. El impulso es tan grande que resistirse es empresa testaruda.
El tiempo es exacto y puntual. No hay manera de hacerlo tantito para atrás o tantito adelante.

Su sabia manera de manifestarse deja en nosotros un aire de dolor y resistencia. Nos regala todo y luego nos lo quita para volvernos a encontrar.
Cuando llega el día de traspasar, por fin, ese umbral; lloramos. Las lágrimas son la mejor manera de limpiar y dejar correr el pasado. Una vez limpio el camino podemos andar. El nuevo viaje no presenta un final, se vislumbrará poco a poco cuando sea el momento.
El momento es hoy. Un nuevo fragmento de vida inicia resplandeciente ante nosotros.
Trae consigo la emoción del olor a nuevo y el miedo a fallar. Debemos entregarnos, soltarnos. Recomiendan abrazarlo y dejar que suceda.