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Se dice que el olor de la cáscara fresca de naranja reduce las náuseas y combate la tristeza, en cambio si se hierve y prepara en una infusión ayuda a desinflamar, si se deja secar;  aparte de aromatizante puede servir como insecticida. En la cocina igual es polifacética puede convertirse en una deliciosa mermelada, ser utilizada para darle un toque cítrico a un ‘gin & tonic’ o a una jarra de agua fresca en verano, agregarla en postres, aderezos y ensaladas.

En el caso del eneldo, por ejemplo; es mucho más complejo, ya que no sólo se trata de una hierba aromática para marinar carnes y pescados, según la creencia popular tiene más propiedades medicinales que usos culinarios, desde las semillas hasta las florecitas amarillas tal parece que es una planta milagrosa; vasodilatadora, sedante, expectorante, antiinflamatoria, relajante, diurética, purificante, etcétera ( eso dejando a un lado sus propiedades esotéricas de protección y buena fortuna).

Para casi cada mal hay un remedio natural, antes se transmitían entre generaciones y comunidades, entre vecinas, amigas, abuelas, por lo general ante cada malestar siempre surgía una respuesta , se preguntara o no. Hoy basta con googlear lo que se padece para encontrar enlistadas de la A a la Z recetas de remedios e instrucciones para su preparación y consumo. 

Hay muchas excepciones – malestares que deben atenderse por profesionales, enfermedades que no van a curarse con una infusión diaria de cebolla con bugambilias e infecciones que en vez de desaparecer pueden empeorar al agregárseles yogur natural,  avena o limón- aún así es común buscar recursos alcanzables para lo que nos pasa, buscar placebos para acallar los síntomas de lo que se manifiesta con lo que se tenga a la mano. Al final del día cada quien hace lo mejor que puede con lo que tiene.

¿Qué diferencia hay entre buscar un remedio para tos y uno para la tristeza?

¿Qué tanto se relacionan nuestras dolencias físicas con nuestro mundo interno? ¿Cómo se prepara una infusión para el corazón cuando se siente no sólo roto,  sino incompleto y herido? ¿Con qué tienes que mezclar la cáscara de naranja para que se vaya el asco provocado por los atroces hechos que suceden todos los días? ¿Cuánto eneldo se necesita para aliviar la ansiedad que viene de no saber qué esperar del mañana? 

Después de todo, quizá no haya aún remedios caseros eficaces para todo, o mejor dicho, para todos; aquello que puede funcionarle a alguien puede ser una terrible idea para otra persona y viceversa.

A veces hay que aceptar que a pesar de que no hay una receta mágica salida de la alacena para lo que se siente,  si existen formas de aliviar el dolor emocional, hay tristezas que no se curan ni con cinco kilos de cáscara de naranja pero quizá un té acompañado del abrazo de la persona indicada tenga más poder del que pensamos. A veces, puede ser cuestión de tiempo; de darse la oportunidad de hacer lo que uno crea necesario mientras eso que uno haga ayude…

Sin perder de vista que no hay receta,  ni remedio que pueda salvarnos de nosotros mismos.