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Conforme pasa el tiempo la sociedad se transforma, las leyes se reforman y existe la necesidad de acoplamiento de Estado. Los parámetros de cambio a los que la sociedad mexicana está rigurosamente alineada son los de mayor impacto, es decir, en las últimas décadas la transformación se ha culminado mediante presión social. Esto significa que en la lucha de fuerzas entre puntos y contrapuntos se inicia un esquema de negociación.

La clase política en nuestro país juega un papel fundamental en la atención de estas propuestas sociales de los diferentes sectores de la población que pretenden hacer de una acción parte de la ley. La regularización de las conductas humanas se convierte en un elemento objetivo de derecho y garantía. Pero también, la subjetividad se incluye debido a la aprobación democrática, el respeto a las mayorías.

Los jóvenes

Somos un sector representativo. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2018) informó que existe una población de 30 millones 600 mil jóvenes, 25.7 por ciento de la población total nacional, de la cual 50.9 por ciento son mujeres y 49.1 son hombres.

En otros términos comprende de los 15 a los 29 años, dividiéndose en 35.1 por ciento en adolescentes de 15 a 19 años, 34.8 por ciento jóvenes de 20 a 24 años y 30.1 tienen 25 a 29 años.

Sin duda, los jóvenes somos quienes hemos marcado la línea de cambio desde la década de los años 60 hasta hoy en día de manera gradual. El activismo con el que han demostrado ser participes de propuesta, movilizaciones y cambios generales son cada vez más impresionantes. Los logros obtenidos demuestran el éxito de una sociedad organizada e interesada por mejorar la calidad de vida de la sociedad en general.

Pero a su vez, no se puede mencionar que toda movilización desde el 68 ha sido de orgullo y real. En la última década han surgido movimientos juveniles que tergiversan el verdadero sentido de una petición social, es decir, involucran intereses personales o de grupos políticos utilizando la buena fe y voluntad de las personas.

De lo anterior, un claro ejemplo es el movimiento #YoSoy132, quienes en vez de luchar por los derechos de los jóvenes principalmente al argumentar que “no eran escuchados”, simplemente sus intenciones eran de desestabilizar gobiernos en sus diferentes niveles, llamando a la juventud hacia rebeldía sin causa y la violación al Estado de Derecho.

Otro grupo sectorial son los millennial quienes desafortunadamente se han convertido en un sector de consumo sin rumbo y no de productividad. Lamentablemente las aspiraciones de este sector no van más allá de una visión a corto y mediano plazo,

El futuro es incierto, ya que no hay preocupación alguna por la construcción de una estabilidad laboral, económica y personal.

Reflexión

Lo que la historia nos ha enseñado a través del tiempo es a aprender de los errores del pasado para no cometerlos en el presente ni lo futuro y, por otro lado, a reivindicar el camino con los éxitos que se han obtenido. Tal razón debe ser guía para que los jóvenes aprovechemos la coyuntura que tenemos para explotar al máximo nuestras capacidades.

Direccionar la voluntad y el activismo hacia un esquema productivo mejorará las condiciones generales de los jóvenes. Empecemos por nosotros mismos para transformar nuestro entorno, el medio ambiente, la forma de vivir y convivir en sociedad en pro de México.