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En días pasados, José Merino, titular de la Agencia Digital e Innovación Pública dio a conocer un archivo con las verdaderas estadísticas delictivas en la Ciudad de México, a la par y sólo contando la semana pasada, supimos de los tiroteos en la Plaza Artz y del Metro Tacuba, ambos sucesos dejaron a personas muertas y heridas, con la diferencia que el primero fue catalogado como “crimen pasional” sin haberlo sido, adelantándose a cualquier averiguación previa.

Si a eso aumentamos casos recientes como el secuestro y muerte de Norberto Ronquillo y Leonardo Avendaño, la inseguridad ha sido un tema recurrente en los medios de comunicación no desde el mes pasado, ni desde el inicio de la administración de la actual Jefa de Gobierno, sino es recurrente y cada vez más sangriento y normalizado desde hace varios años, pareciera que los delitos son sólo cifras al alza.

Las cifras liberadas en el Reporte de seguridad, revela una reclasificación de carpetas de investigación de 2018, entre lo reportado inicialmente por las autoridades anteriores y las cifras que ahora reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). De los cuales, el robo a transeúnte en vía pública con violencia aumentó un 176.4%, la violación un 104.8% y el secuestro en un 700%.

La administración pasada no solo mintió, sino que mantuvo a los ciudadanos y medios de comunicación en la total ignorancia de la realidad.

… no son sólo cifras, es un reflejo de la impunidad en la que se ha vivido por tantos años y que ha dejado a miles con un sentimiento de miedo y desconfianza o que hasta incluso les ha costado la vida.

La inseguridad antes nos parecía un tema aislado, le sucedía a alguien muy lejano, al primo del primo de un amigo, ahora les sucede a nuestros amigos, familiares e incluso a nosotros mismos.

No hace falta ver el alza en las cifras reales o la incipiente reducción en las carpetas de investigación que tanto presume el actual gobierno. No son casos aislados. Es lo que nos está arrebatando la confianza y la tranquilidad todos los días.

Ni con la estrategia de seguridad presentada en el proceso de transición o la destinada a seguridad para el transporte recientemente han sido suficientes para enfrentar las magnitudes de la delincuencia. La realidad es que la inseguridad ya no distingue de nivel socioeconómico, medios de transporte o tiempo y espacio geográfico dentro de la ciudad.

Pese al esfuerzo gubernamental con audiencias públicas matutinas, la entrada de la Guardia Nacional (que se supone no iba a entrar y no ha marcado diferencia todavía), la constante capacitación de elementos policiales y alianzas con otras policías especializadas, las aceleradas respuestas a sucesos mediáticos, no ha sido suficiente.

¿Hasta cuándo sigue siendo válido justificar la situación actual con los antecedentes recibidos? ¿Por qué los índices tienen una reducción tan baja? ¿Es culpa de la impunidad en la que vivimos conscientemente? ¿Los delincuentes saben que no sucede nada, que las investigaciones pocas veces se resuelven o apuntan hacia ellos? ¿Siguen existiendo alianzas entre autoridades y grupos delictivos? ¿La estrategia está planteada desde una perspectiva lejana a la realidad?

Estas y muchas otras preguntas parecieran no tener respuesta o suficiente evidencia.

Lo cierto es que la inseguridad es un hoyo que cava cada día más profundo, un hoyo en el que nos estamos acostumbrando a vivir. Un hoyo en el que transitamos con cautela, miedo y resignación. Un hoyo al que todos estamos expuestos.

La exigencia ya quedó lejos de pedir más elementos policiales, la exigencia debe centrarse en la capacidad de operación que tienen nuestras autoridades y su organización interna. Una buena estrategia de seguridad comienza desde el interior y se refleja en su actuar cotidiano. Los resultados hasta ahora son desalentadores y nos dejan en la total exposición.

Los ciudadanos salimos de nuestras casas sin saber si regresaremos íntegros física y materialmente, esperando por autoridades capaces de operar una estrategia integral que nos brinde certeza de seguridad verdadera.

No podemos continuar a expensas de ser los siguientes en una carpeta de investigación.