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“Tenemos el cabello rosa y violeta. Tenemos tatuajes, rastas. Hay chicas blancas y chicas negras, chicas heterosexuales y gays”.

Megan Rapinoe.

Entre cánticos, gritos, carros alegóricos y cientos de aplausos que se hicieron sonar en la gran manzana fue como aficionados recibieron a la Selección Nacional de Fútbol Femenino de Estados Unidos para festejar en un ameno desfile por las calles de Manhattan el cuarto título y segundo consecutivo tras vencer 2-0 a Holanda en la Final de la Copa Mundial Femenil Francia 2019.

Los festejos se hicieron retumbar cuando las campeonas del mundo llegaron al Ayuntamiento de Nueva York, en donde ya eran esperadas por el alcalde Bill de Blasio, para recibir las llaves de la ciudad y el balón de oro, en ese momento un micrófono, un discurso y un personaje, hicieron que la mirada del mundo entero se paralizara.

Más allá de la entrega y el excelente desempeño deportivo, así como el aplaudible alto rating en la Final del Mundial Femenil que logró 14.3 millones de espectadores únicamente en el país norteamericano, superando por mucho la final disputada entre Francia y Croacia en el mundial varonil Rusia 2018, lo que polarizó las redes sociales y desató diversos debates y análisis fue el discurso de la capitana del seleccionado femenil Megan Rapinoe:

“Tenemos que ser mejores. Hay que amar más y odiar menos. Hay que escuchar más y hablar menos. Cada uno tiene la responsabilidad de hacer del mundo un lugar mejor. Cada uno en su medida tiene que ser más y mejor”. 

 


Fue un discurso que desató polémica. Se hizo un llamado al fin de los estereotipos que aún siguen latentes en la actualidad, ya que ser heterosexual o gay no significa un impedimento para realizar lo que sea en la vida desde pertenecer a un equipo de fútbol hasta gobernar un país y hablando de política quien también resultó bateado fue el primer mandatario estadounidense Donald Trump, un personaje que desde que estaba en campaña lanzaba mensajes excluyentes a través de la red social del pajarito azul. Megan vociferó que para hacer a Estados Unidos más grande se tienen que terminar los mensajes de odio, la discriminación e incluir a las mujeres en tomas de decisiones importantes.

Además, dejó muy claro que las campeonas del mundo no se presentarán en la casa blanca para celebrar la cuarta estrella, ya que son más que atletas y no se prestan a acuerdos políticos.

No cabe duda que Megan Rapinoe, es una persona de admirarse, más allá del discurso que puso en jaque a la Nación Norteamericana e hizo reflexionar a más de uno en el mundo entero, es una mujer que desde hace muchos años ha luchado por promover la inclusión de género, la igualdad de sueldo, ha luchado por la no discriminación y aunque es un personaje no grato para el primer mandatario del país vecino porque en 2016, se convirtió en la primera deportista blanca en arrodillarse durante el himno de los Estados Unidos en forma de protesta por la no discriminación, Megan es más que una excelente futbolista, es una mujer humilde que sin importar nada lucha por sus ideales y el bien común.

Reverso

La importancia de apoyar el deporte radica en el desempeño diario que realizan miles de deportistas a lo largo y ancho del mundo, un ejemplo es Alex Morgan, quien fue galardonada en los premios ESPYS como la “Deportista Femenina del Año”. ¡Megan Rapinoe, Alex Morgan y todas las mujeres del mundo son más de lo que refleja el envoltorio!