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La democracia en México, en su sentido procedimental, inició en Baja California en el año 1989, cuando Ernesto Ruffo Appel se convirtió en el primer gobernador de un estado surgido de la oposición.

En ese último año de la década de los 80 se demostró que la imbatible maquinaria electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI) era vulnerable ante la voluntad popular y que sí se podía aspirar a tener pluralidad en los gobiernos estatales y, por qué no, en la Presidencia de la República. La gesta de Ruffo Appel y del Partido Acción Nacional (PAN), fue un momento fundacional de nuestra vida democrática. No puede entenderse la historia de la democracia en México sin ese proceso.

Durante 30 años, el PAN ha gobernado el Estado de Baja California, llevándolo a ser una de las entidades federativas con más alto índice de desarrollo humano y con un empuje económico que pocas veces se repite en el país, pero en los últimos seis años, el gobierno panista de Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid erró en múltiples decisiones que lo llevaron a ser uno de los gobiernos estatales peor calificados del país y, como es natural en la democracia, la población bajacaliforniana se volcó, en las elecciones de este 2019, a votar por la alternancia; el candidato de Morena, Jaime Bonilla Valdez, fue electo 15° gobernador de Baja California, con el 53% de los votos, por un periodo de dos años (2019-2021). Este periodo corto tiene el objetivo de empatar las elecciones estatales con las federales, de la misma forma en que muchos Estados ya lo han realizado desde 2014.


Pero, así como Baja California es la cuna de nuestra democracia moderna, hoy también está a punto de convertirse en su tumba. Este lunes, el Congreso de Baja California aprobó, con 21 votos a favor, reformar la Constitución del Estado y ampliar el periodo en que gobernará Jaime Bonilla Valdez de dos a cinco años, por lo que estaría en el cargo de 2019 a 2024.

Sobra mencionar que la certeza es un ingrediente indispensable en la construcción de una democracia electoral, pues ella permite que los ciudadanos voten, en elecciones libres, por una persona, un programa de trabajo, un partido político y un periodo determinado de gobierno. Lo que pretende el próximo gobernador y su partido Morena, es modificar dicho periodo, contraviniendo la voluntad de la población que lo eligió por dos años solamente.

Evidentemente habrá procesos legales que impugnarán la reforma constitucional en mención y, lo más probable, es que el Poder Judicial de la Federación declarara su inconstitucionalidad, pero lo que se cierne detrás de esta intentona es lo que más preocupa.

Ha sido bastante comentado que el presidente Andrés Manuel López Obrador podría pretender reelegirse en el cargo en 2024; al menos eso presumen muchos analistas, columnistas y políticos.

Baja California puede ser un laboratorio más de López Obrador, en el que explore una forma “legal” para extender su presidencia más allá de 2024.

La revocación de mandato parecía ser la estrategia idónea para ello, confiando en que la base dura de apoyo a López Obrador podría mantenerlo en el poder a través de un referéndum revocatorio en el que se mostrara el apoyo popular. Pero en algunas encuestas recientes la calificación y aprobación del presidente ha descendido considerablemente; incluso, la encuesta de México Elige de julio muestra que, si hoy fuera el proceso de revocación de mandato, más del 50% votaría por obligarlo a renunciar.

En ese escenario, Baja California puede ser un laboratorio más de López Obrador, en el que explore una forma “legal” para extender su presidencia más allá de 2024, reformando la Constitución. Si el Poder Judicial de la Federación determina que es constitucional modificar la Constitución de Baja California para ampliar el periodo del gobernador sin que medien elecciones, ¿qué podría detener a López Obrador para reformar la Constitución General, aprovechando la mayoría que tiene Morena en el Congreso de la Unión, para extender su periodo de gobierno de seis a 12 años o más? La democracia mexicana puede morir en Baja California.