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Vivimos en una época en la que ya estamos convencidos de que la felicidad depende de uno mismo y en efecto, cada una y cada uno de nosotros somos los responsables de nuestro propio bienestar y por ende, de cultivar nuestra felicidad, sin embargo, es importante enaltecer que cuando estamos muy centrados en nosotros mismos sin atender o tomar en cuenta a los demás realmente lo pasamos mal, nos separamos o por lo menos sentimos que lo estamos y nos aislamos del mundo. Por otro lado, una mente que atiende a otros y procura su bienestar es una mente feliz  como decía el gran Platón:

“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”.

¿Te has puesto a pensar qué tipo de persona quieres ser? Hagamos un ejercicio mental, piensa en alguien a quien admires mucho, o hayas admirado, analiza las cualidades que hacen que le tengas admiración y date cuenta de que quizá coincidan esas cualidades con algunas que ya posees o con las que quieres tener; y ¿sabes? La buena noticia es que hoy la neurociencia nos muestra que a través de la capacidad de nuestro cerebro y la neuroplasticidad es posible entrenar las cualidades que queramos y obviamente pues todos buscamos cualidades constructivas y que nos hagan sentir en bienestar y felices. A esto los griegos le llamaban Ágape palabra que no sólo significa bondad sino bondad amorosa.

Y justo es la mente altruista la extensión de este corazón bondadoso que necesitamos cultivar para ser felices Mathieu Ricard un gran científico y filósofo quien ha sido considerado uno de los hombres más felices del mundo en su hermoso texto En defensa del altruismo nos explica que el altruismo es un estado mental de benevolencia que consiste en sentirse interesado por el bien de los demás y la necesidad de actuar en beneficio de los otros.

¿Por qué es tan importante ser altruista?

Pues porque vivimos en un mundo interdependiente. Los investigadores James Coan y Lane Beckes ambos especialistas en psicología y neurociencia hicieron juntos un estudio en la Universidad de Bradley y concluyeron que el cerebro humano está diseñado de tal modo que asume que se encuentra inmerso dentro de una red social relativamente predecible, caracterizada por la familiaridad, atención conjunta, metas comunes y por la interdependencia. [i]

Por otro lado el Dr. Dacher Keitner especialista en la Ciencia de la Felicidad señala que nuestra especie posee las crías más vulnerables con respecto a las otras especies lo cual marca una diferencia fundamental puesto que reorganiza la estructura social, construyéndola sobre redes de cooperación y cuidado, lo cual, reorganiza nuestro sistema nervioso. Sin este cuidado entre nosotros, ningún ser humano sobreviviría ¿se dan cuenta de la importancia que tenemos todos los seres humanos para el bienestar de la especie?

Por lo tanto, nuestra existencia, e incluso nuestra sobrevivencia depende de nuestra capacidad de construir relaciones de mutuo beneficio. Los seres humanos tenemos una profunda necesidad de sentirnos unidos; basta ver los momento trágicos, lo primero que hacemos es unirnos sin importarnos si nos conocemos o si hay estima entre nosotros, simplemente nos ayudamos pues también tenemos una necesidad nata de amar y ser amados.

La interdependencia implica que nuestro bienestar está relacionado al de los demás. Tan sólo piense ¿cuándo se siente más feliz, cuando ayuda o cuando es ayudado? Cuando el afecto que nosotros damos a los otros es genuino, estamos contribuyendo a la construcción de un mundo donde haya verdadero bienestar en donde todo podremos florecer como seres humanos. Pues en nuestra búsqueda de felicidad implicamos a todos.

Cuando trabajamos en tener un corazón bondadoso no sólo vivimos de manera armoniosa Robert Waldinger, actual director de un importante estudio en La Universidad de Harvard durante los últimos 76 años, cuyo fin ha sido analizar los factores que llevan al ser humano a vivir una vida sana, plena y feliz. Afirma que la clave de la felicidad es tener relaciones constructivas y sanas. Ya para finalizar, lo hago con una bella frase de Eleonor Roosevelt:

“Lo más importante en cualquier relación no es lo que obtienes, sino lo que das”.

[i] Cfr. CHERNICOFF Leandro, Trabajar y Vivir en Equilibrio 3, Atentamente Consultores, México 2019.