Twitter: @AGuerreroMonroy

Ante una eventual reforma electoral que proponen algunos legisladores, vale la pena reflexionar al respecto y referirse a los aciertos y a los logros que han contribuido a tener plena certeza en los procesos electorales y a la solidez de nuestro sistema electoral. A continuación, comparto sólo algunos:

Rutinas Electorales Estandarizadas

Con la creación de los Organismos Públicos Locales Electorales -los denominados OPLs- la materia electoral de cada entidad obtuvo independencia de la autoridad gubernamental estatal y un mayor profesionalismo. Recordemos la influencia y presión de los gobernadores para la designación de Consejeros Electorales estatales. Eso se acabó y los perfiles que hoy llegan a los Consejos de los 32 OPLs lo hacen por conocimientos técnicos a través de un estricto y riguroso proceso de selección que contempla un examen de conocimientos elaborado por una institución académica pública de amplio reconocimiento y una rigurosa entrevista por parte de los consejeros electorales nacionales, la cual es difundida en vivo en redes sociales y a través de la página web del Instituto Nacional Electoral.

Candidaturas independientes

Un anhelo de muchos años fue que cualquier ciudadano pudiera postularse a cargos de elección popular sin que perteneciera a un partido político. Hoy es una realidad y representan una alternativa de participación política. Las candidaturas independientes pueden llegar a ser competitivas y no son un imposible. Las hemos tenido para todos los cargos (Presidencia de la República, Gubernaturas, Senadurías y Diputaciones, así como Presidencias Municipales). Muchos “candidatos ciudadanos” hoy en día han accedido al poder público.

Debates

En los debates presidenciales de 2018 no hubo sobreprotección de la imagen de los candidatos y los formatos fueron flexibles y “frescos”. Lo que se procuró fue que la ciudadanía tuviera mayores elementos para decidir. La audiencia televisiva que se tuvo en los tres debates (Ciudad de México, Tijuana y Mérida) fue muy amplia, los temas a tratar fueron del interés nacional y la moderación recayó en comunicadores de amplio reconocimiento.

Credencialización en el extranjero

Por primera vez en la historia se atendió un reclamo añejo de quienes viven más allá de las fronteras, particularmente en Estados Unidos donde se encuentra el 98% de los mexicanos en el extranjero. Muchos de nuestros connacionales no tienen Credencial para Votar, la cual también les sirve como un documento válido para identificarse y realizar trámites y solicitar servicios –aquí y allá-. Para obtenerla tenían que viajar a México, con los riesgos que eso implicaba, Sobra decir por qué, para un jornalero indocumentado hacer eso resultaba, digamos, ligeramente inviable. La Reforma Electoral de 2014 dio paso a que se pudiera solicitar la Credencial para Votar en la red consular de México en el mundo y que el ciudadano la reciba en su domicilio del extranjero. A la fecha el INE ha tramitado poco más de un millón de credenciales para mexicanos en el extranjero, quienes ya tienen un medio de identidad en momentos complicados para ellos en el vecino país.

La reforma electoral de 2014 permitió perfeccionar y consolidar elementos que han incrementado la confianza ciudadana en las elecciones y han incentivado una mayor participación en las urnas.

En las pasadas elecciones de 2018 funcionó muy bien un modelo electoral, que no sólo demostró eficacia técnica operativa, sino que permitió tener una elección compleja y competida sin sobresaltos, en la que todos los actores políticos respetaron el resultado y demostraron madurez democrática.

Nadie puede regatearle al INE su aportación.

El profesionalismo, entrega y compromiso democrático de quienes integran el Sistema Nacional de Elecciones y en particular el Instituto Nacional Electoral no está en duda. Hoy en día la calidad en la organización de elecciones ha llegado a tal nivel que nuestro sistema electoral es un referente mundial. No lo descuidemos. Ante elementos de desconfianza, el voto cuenta y cuenta bien. Desmantelar reglas e instituciones que funcionan no conviene a nadie.