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Sobre la mesa

El pasado viernes 28 de junio la Secretaría del Trabajo y Previsión Social cambió los lineamientos para la operación de Jóvenes Construyendo el Futuro. Como la frase “es de sabios cambiar de opinión” tan repetida por el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su campaña, ahora el programa emblema ya no tiene los mismos objetivos.

Las modificaciones más importantes radican en:

1.- Jóvenes Construyendo el Futuro ya no tendrá como objetivo alejar a los jóvenes de la delincuencia. Únicamente servirá para mejorar su empleabilidad.

2.- Responsabilidad jurídica para los centros de trabajo que incumplan con los lineamientos.

3.- Atenderá a migrantes bajo la figura de “personas extranjeras”.

4.- Se incluye un método más para inscribirse al programa, a través de nuevos funcionarios llamados “servidores de la nación”.

Tal parece que en el gobierno se dieron cuenta que la delincuencia no siempre se relaciona con un problema de acceso a empleo. En varias ocasiones, delinquir es una decisión y un modo de vida, quizá sí motivado por las desigualdades y rezago social, pero estrechamente ligado con la falta de valores.

Las tasas de violencia siguen incrementando en México y esto, no lo iba a resolver Jóvenes Construyendo el Futuro, un programa que sólo sirve para aquellas personas honestas que sí quieren una oportunidad para trabajar y no para quienes ya encontraron en la delincuencia un empleo.

Cambiar los objetivos generales fue de las decisiones más acertadas porque en la práctica sólo estaba sirviendo para eso: mejorar la empleabilidad de jóvenes. Ojo, nótese que sigue sin ser un programa de empleo.

Otro punto bueno es incluir responsabilidades jurídicas para los centros de trabajo o tutores “en caso de actuar con negligencia, incurrir en acciones fraudulentas, caer en falsedad o realizar acciones en contra de los becarios que violenten sus derechos e integridad, así como del Programa y sus Lineamientos”.

Aunque en las nuevas reglas de operación no se especifican cuáles son las responsabilidades jurídicas, en este espacio insistimos en diversas ocasiones sobre la necesidad de tener sanciones reales contra los centros de trabajo que incumplieran con los objetivos del programa y sus lineamientos.

Esto, por los casos en los que los tutores o empresas piden a los jóvenes una parte de la beca para inscribirlos. Era urgente incluir responsabilidades jurídicas porque el apoyo otorgado a los beneficiarios es un recurso federal y, además, estamos en un sexenio en el que, se supone, la corrupción ya no es tolerada.

Por otra parte, la apertura a “personas extranjeras” parece una maniobra para que Jóvenes Construyendo el Futuro ayude en la atención de migrantes centroamericanos regularizados. Este cambio en los lineamientos llegó a la par del anuncio que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la firma de un convenio esta semana con maquiladoras del norte para ofrecer 40,000 empleos a migrantes.

Todo apunta que las plazas que ofrecerán las maquiladoras serán a través del programa Jóvenes Construyendo el Futuro y si estás pensando lo mismo que yo, quiero decirte que estás en lo cierto: el sueldo que tendrán los migrantes lo pagarán de tus impuestos.

Ahora bien, desde noviembre del año pasado las maquiladoras traen un déficit entre las vacantes y la mano de obra, cuando platiqué con el subcoordinador del Servicio Nacional de Empleo había 4 mil 500 vacantes que no se cubrían con mexicanos, esto por los sueldos de 180 a 250 pesos diarios que ofrecían, poco atractivos para la fuerza laboral del país. Esta brecha entre oferta y demanda la comprobé cuando visité Ciudad Juárez el pasado marzo.

Pero lo más viable sería crear un programa de empleo especial para el asunto migratorio y no continuar cargando a un Jóvenes Construyendo el Futuro que ha tenido que ser moldeado conforme avanzan las meses y se hacen visibles algunas fallas.