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En la intimidad del dormitorio por la noche, Anne Lister (Suranne Jones) conversa con su ex amante sobre la posibilidad de poder establecerse con una “compañera”. Esta mujer de negocios ha vuelto a su pueblo natal para encontrar una esposa que cumpla con sus requerimientos de linaje y belleza. Su acompañante de alcoba, quien terminó el amorío para casarse con un hombre, expresa su preocupación porque esa “especial y particular tipo de persona” no exista.
Es la Inglaterra de 1832, y Anne nos regala una sonrisa cuando encuentra en la Sra. Ann Walker (Sophie Rundle) una candidata ideal para su misión. Hermosa, ingenua y muy rica, la joven está impresionada con esta mujer madura de sombrero y botas que ha recorrido el mundo, estudiado anatomía y que al (mal)visto de todos hace lo que le viene en gana.
En la piel de Suranne Jones, Lister es imponente. Su atuendo negro, su caminar y el reloj de bolsillo la resumen: práctica, resuelta y siempre lista. Esa seguridad era prácticamente nula para las mujeres de la época que estaban destinadas al matrimonio y la maternidad. Esa seguridad era impensable para una mujer que amaba a otras mujeres.
Anne Lister escribió su sentir y detalló sus romances en múltiples diarios que la directora Sally Wainwright adaptó en la forma de la producción de la BBC y HBO: Gentleman Jack. Lister no seguía las convenciones impuestas a su género y eso le valió el apodo de caballero. En el siglo XIX la sociedad no concebía darle su lugar a una mujer, mucho a -aunque la palabra aún no exista- una lesbiana.
The Lesbian Manifesto™ according to Anne Lister. #GentlemanJack pic.twitter.com/619JWUDkj5
— BBC One (@BBCOne) June 16, 2019
Para la libertad de Anne Lister fue fundamental el apoyo de su círculo familiar y es por ello que Sally Wainwright estudia estas relaciones y su alcance. Además de evidenciar las consecuencias en la salud mental cuando la situación es contraria. La homofobia interna de Ann Walker y sus inseguridades son también muestras del poder carcelario del fanatismo religioso.
La de Lister fue una vida disruptiva, pero la serie no pierde de vista su privilegio. Anne Lister fue terrateniente, defensora del sistema de clases y religiosa conservadora. Características de la época y parte fundamental de las piezas de drama histórico. Wainwright hace un ejercicio gradual por mostrar evolución en la conciencia social de Anne. Son precisamente estos temas los que dejan la puerta abierta a una nueva temporada.

Fuente: Catablogue.
Lister es conocida como “la primera lesbiana moderna” y, aunque el mote más bien sirve como estrategia de marketing, nos lleva a pensar en qué realmente ha cambiado en nuestra sociedad patriarcal y homofóbica.
¿Qué tan distinto es el mundo de hace 200 años, que apuntaba de antinatural y pecaminoso el amor entre dos mujeres, al de ahora?
Termina junio, el mes del orgullo gay, y termina esta historia sobre entereza y coraje. Anne Lister rompe la cuarta pared y es divertida, orgullosa y también muestra frustración. Es ella diciendo mírame, yo soy esa mujer. Y después de toda su exposición transgresora, Sally Wainwright sabe que Anne desea lo cotidiano, lo establecido y lo que tanto se le ha negado: un final feliz. Y así, dos manos se rozan después de un acto de unión. Así, el viento baila y el paisaje engalana el juramento de amor. Anne encontró a esa persona.