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Una de cada dos personas no localizadas en México tiene 29 años o menos, el asesinato es la tercera causa nacional de muertes entre niños, adolescentes y jóvenes. Duele muchísimo. Contamos esto porque la pérdida de un hijo, hermano, novio, amigo, compañero es parte de la cotidianidad en nuestro país. Porque así como hoy sufrimos la pérdida de Norberto, miles y miles de rostros aparecen en lugares de “difícil acceso”, se vuelven parte de esas malditas cifras culpa de aquellos que perdieron toda motivación para actuar con humanidad, esos jóvenes que hoy no están con nosotros por malos protocolos de actuación policial nos duelen mucho.


Duele que la indiferencia, la incompetencia, la corrupción y la crueldad acaben con las esperanzas de uno, de un joven de 22 años, de todos. Duele tener miedo porque la vida en México ya no tiene valor, porque tirar del gatillo es tan fácil como salir de prisión, duele que nos falte Norberto, purga que le hayan arrebatado sus metas, duele que hoy nos digan una verdad a modo, sin culpables, con justificaciones, arde saber que aquél muchacho que veíamos en los pasillos, que saludaba a todo el mundo, que respetaba a cada maestro, que ayudaba cuanto podía, sea sólo un suspiro, de cada alma que grita justicia.

Lloramos tu perdida amigo, como lloramos en silencio la de todo aquel consumido por la violencia de un país que tiene las mismas muertes que Siria, un país en Guerra, sabemos que no era tu culpa, sólo ibas de regreso a casa, sabemos también que no era culpa de esa joven que salió a divertirse de noche con sus amigos, sólo quería divertirse, sabemos que cada paso en estas calles pesan, porque con cada avance que hacemos, más nos acercamos a las estadísticas, a la posibilidad de, al ser uno más en las listas de la Fiscalía.

Norberto, nos duele tanto tu muerte, pero nos duele más saber que no eres el primer ni el último joven al que romperán sueños de esta manera, te arrojaron, te asesinaron, te arrojaron, sin saber lo mucho que te extrañamos, sin entender que esto no se termina aquí, cuando te mataron también mataron una parte en nosotros, la confianza, el amor a las instituciones, la indiferencia al otro.

Hoy somos más fuertes y estamos más unidos, por ti y por todos aquéllos que te lloran, por esas personas que no han sido escuchadas ni lo serán, por esos malditos criminales que están dentro y fuera del gobierno, te vamos a honrar.


Los jóvenes de México queremos paz, oportunidades, verdad y justicia, la carrera de Derecho de esta H. Universidad te manda un abrazo hasta el cielo. Nos comprometemos a hoy y siempre velar por lo que es correcto, por el ideal de justicia, por lo que nos hizo estudiar esta carrera. Como jóvenes, como compañeros y amigos, nuestras mayores condolencias a quien siempre recordaremos como un buen ser humano. Que no sea sólo “uno” y tampoco una persona privada de su libertad y su vida más.