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“¿Dieta? Yo nunca, a mí sí me gusta comer”.
Seguramente has escuchado muchas frases similares a ésta, o tú eres de las personas que se expresan así, creyendo que ese término se refiere a dejar de comer o comer sin sabor, pero déjame decirte que es una creencia errónea y a continuación te explico por qué.
Despejando ideas
Para comenzar, la definición correcta de dieta es: la ingesta total de alimentos consumidos en el día, el término proviene del griego diaita = régimen de vida. Por ello, todos llevamos una. Aquí la diferencia depende de cada persona, habrá quien trate de llevar una dieta sana o equilibrada o quien sólo se alimenta para satisfacer el hambre, pero no precisamente es saludable.
“Estar a dieta” siempre lo relacionamos con un régimen de alimentación restrictivo para bajar de peso o para tratar alguna enfermedad, pero para nada es así.

Entonces, ¿qué hay con las dietas restrictivas?
Para perder peso, por lo regular se recurre a modelos de dietas o tendencias que prometen resultados rápidos, sin considerar los efectos adversos que pueden provocar al cuerpo.
Antes de someterte a un régimen así, te comparto algunos puntos a considerar.
- Al quitar alimentos de tajo, sólo por creer que “engordan” y no llevar una correcta suplementación, se pueden presentar ciertas deficiencias de vitaminas o minerales, originando signos como cansancio, caída de cabello y mal humor, sólo por mencionar algunos.
- Al dejar de comer o comer menos si se pierde peso, pero créeme, que muchas veces en ese peso no sólo se va grasa, sino también músculo y agua, con ello tu metabolismo se hará más lento y te costará bajar más o mantenerte.
Por eso siempre recuerda:
“No es comer menos, es comer mejor”
Si quieres comenzar a cuidarte y no sabes cómo, sigue estos pequeños consejos.
- Si te quedas con hambre, tal vez no estés incluyendo fibra a tus comidas. Por eso, incluye más verduras y frutas, ejemplo:
-A tu huevo del desayuno además del jamón, agrega nopales.
-A tu carne o pollo de la comida acompaña con ensalada o sopa de verduras.
- Carga una fruta para cuando sientas la necesidad de comer entre comidas.
- Toma más agua natural y menos jugos o refrescos.
- Si tu debilidad es el pan dulce, cámbialo por un pan tostado integral con crema de cacahuate reducida en azúcar o galletas integrales.