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En todo el mundo, la clase media se está enfrentando a una realidad cada vez más difícil. Llevar con disciplina las finanzas personales, tener una estructura básica de ahorro y no endeudarse ya no es suficiente para asegurar el patrimonio futuro en las nuevas generaciones o el propio retiro.
De acuerdo con un estudio del TIAA Institute (Teachers Insurance and Annuity Association of America-College Retirement Equities Fund) apenas el 44% de la generación nacida entre 1984 y 2000, la Generación “Y” conocida como los Millennials es la menos sensibilizada sobre temas financieros, por ende, los que más tienen su futuro en riesgo.
La primera parte del problema tiene que ver con una falta de ahorro de los millennials comparada con otras generaciones.
Demasiado confiados, poco preparados.

La otra parte del problema está ilustrada en un estudio de la Universidad George Washington y la National Endowment for Financial Education, el cual descubrió que la mayoría los integrantes de la Generación “Y” creen que están mejor preparados financieramente de lo que realmente están.
El título del estudio es Overconfident and Underprepared: The Disconnect Between Millennials and Their Money (Demasiado confiados y poco preparados: la desconexión entre los millennials y su dinero).
Un ejemplo dramático de esta situación es que el 88% de los Millennials, de acuerdo a este estudio, tienen una cuenta de banco pero apenas el 26% tiene algún tipo de actividad inversora y la mayoría de esa actividad se centra en inversiones pasivas.
Más del 70% tienen al menos una tarjeta de crédito y 52% tiene algún tipo de irregularidad en su deuda de alto costo (tarjetas de crédito o créditos personales con altas tasas de interés).
Si a estas estadísticas se integra el reto constante al que los Millennials se enfrentan en un mundo cada vez más competitivo, más complejo en el aspecto laboral, más caro en absolutamente todos los aspectos y más injusto en infinidad de aspectos sociales y económicos, el riesgo de su futuro y el de su patrimonio comienza a elevarse gravemente, si, GRAVEMENTE.
Aprender a hacerse cargo es la única alternativa.
El último estudio citado recomienda que haya un esfuerzo real por parte de las nuevas generaciones para darse cuenta que no tienen el conocimiento necesario para hacer frente a las realidades financieras de mediano y largo plazo si solo se dedican a tratar de solucionar sus problemas más básicos como la falta de ahorro en comparación con generaciones anteriores o el pago de deudas.
Hace falta pisar el acelerador y acercarse a nuevos conocimientos que los lleve de la disciplina y orden en sus finanzas personales a la estrategia y la acción para invertir y hacer crecer su patrimonio.
Aprender a invertir con vehículos no tradicionales, de una manera responsable y disciplinada pero más agresiva y sofisticada que las medidas tradicionales que sirvieron a nuestros padres y abuelos es mandatorio para poder no solo sobrevivir sino florecer.
Aprender cómo funcionan los mercados bursátiles puede ser un primer paso.