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Sobre la mesa

Andrés Manuel López Obrador pasó tanto tiempo siendo candidato, siendo oposición; que ahora, simplemente no sabe cómo ser presidente, incluso pareciera que sigue dirigiéndose a su electorado.

AMLO no entiende que el gobierno no siempre implica recibir aplausos, sino también críticas, así como él lo hacía cuando estaba del otro lado, quizá ese es el gran problema del presidente.

Pero no es sólo la crítica lo que no le gusta a López Obrador; en general, se siente atacado con cualquier cosa que indique algo negativo de su gobierno; por ejemplo, las estadísticas, no importa si se trata de cifras oficiales, empresas privadas u organizaciones sociales.

La semana pasada la ENOE del Inegi reportó que la tasa de desocupación incrementó durante el primer trimestre de este año, pasó de 3.4% a 3.5% con respecto al último trimestre de 2018 y significa la mayor tasa de desocupación en dos años. La tasa de desempleo también aumentó en 20 estados del país, Tabasco lidera esa lista.

¿Recuerdan el “yo tengo otros datos”? Sí, le atinaron, esa volvió a ser la reacción del presidente López Obrador, que durante su conferencia matutina del viernes rechazó las cifras del Inegi.

Yo tengo información de que hay más oportunidades de trabajo en la actualidad, no se mide porque no todo lo está registrando el Seguro Social; por ejemplo, hay 500 mil jóvenes que están contratados en el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro y 200 mil en el programa Sembrando Vidas”, dijo AMLO.

Al titular del Ejecutivo federal se le olvidaron dos cosas: la primera, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro no es de empleo, sino de capacitación para mejorar la empleabilidad, significa que los aprendices están desarrollando competencias y habilidades blandas que les permitan acceder a un trabajo.

Por otra parte, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) no trabaja con información del IMSS, al parecer el Presidente no lo sabe. Efectivamente, la creación de empleos según el IMSS, tuvo un incremento de 2.54 por ciento.

También el INEGI registró un aumento en la Población Económicamente Activa; es decir, las personas que no trabajaron, pero manifestaron su disposición para hacerlo o buscaron empleo durante el periodo de la encuesta.

Sin embargo, la precarización de empleo también incrementó durante el primer trimestre de 2019, el 17.8% de la fuerza laboral tiene un empleo en condiciones precarias, esto significa que el salario es bajo, la jornada es extensa o ambas.

Pero esto no es culpa de Andrés Manuel López Obrador, es una inercia que tiene el propio mercado laboral, aunque el gobierno sí tiene una responsabilidad en promover mejores empleos.

Más allá del plano laboral, también AMLO se ha encargado de contradecir a su propio gabinete como al secretario de Hacienda Carlos Urzúa e incluso tomar decisiones que a simple vista se nota el impacto económico negativo que tendrán, tal es el caso de construir la refinería de Dos Bocas con recursos propios, con el dinero de tus impuestos pues.

El problema es que el protagonismo del presidente no permite que se vean las cosas buenas que tiene el nuevo Gobierno y el partido en el poder, uno de esos casos es la reforma laboral. Además, el mal manejo de la crítica que tiene el mandatario, termina sólo resaltando la intolerancia de una persona a la que aún no le cae el 20 de que ya no es un candidato de oposición.