Twitter: @ana__islas
Un nuevo año. El joven legislador que llama usurpador al maduro Ejecutivo, el respaldo de medio centenar de naciones, la mecha de la esperanza en las calles que se vuelve a prender, la resistencia del régimen, contenedores bloqueando fronteras, música en otros idiomas para llamar la atención.
Apagones… ¿sabotaje? ¿Evidencia del mal gobierno? La oscuridad: el símbolo de la crisis venezolana. La esperanza: 24 toneladas de ayuda humanitaria, sin banderas de otros países, entrando a la nación en crisis… el preso político más simbólico del régimen libre y flanqueado por militares… a su lado el aprendiz, el que reanimó la mecha opositora.
Los escenarios impensables, porque de ser realidad, serían suficiente para hacer caer al régimen… Miraflores, en silencio.
El pupilo y el mentor llamando a la rebelión militar. Tanquetas arrollando humanos. Humo saliendo de un hangar de la base aérea más importante del país… uniformados con listones azules en el brazo, el color opositor… civiles estrechando las manos de militares.
La ausencia de un presidente que en una voz sin rostro llama en 263 caracteres a mantener “nervios de acero” porque “venceremos”. Los ojos del mundo en Caracas.
Venezuela: en nuestras manos tenemos el poder de lograr el cese definitivo de la usurpación.
Estamos en un proceso que es indetenible.
Tenemos el respaldo firme de nuestra gente y del mundo para lograr el restablecimiento de nuestra democracia.#TodaVenezuelaALaCalle pic.twitter.com/Y8Z5yiVnhu
— Juan Guaidó (@jguaido) 30 de abril de 2019
Voces del exterior que en inglés nombran a los innombrables, a los fieles al presidente, a los que siempre han estado a su lado, los acusan de haberlo traicionado, de haberse reunido con la oposición, de estar listos para jurar lealtad al movimiento del pueblo… pero de haberse arrepentido al final. ¿Divide y vencerás?
Un avión, en una pista, listo para que el presidente huya pero Rusia… siempre Rusia.
15 horas de tensión, de especulación, de esperanza para algunos, de frustración para otros. Nada. “Vencimos a los golpistas”. “Nunca abandonaría el país, qué falta de seriedad”
El silencio de los opositores. El desconcierto en las calles, volvamos a las trincheras. A la embajada chilena, no, mejor a la española.
Al menos cuatro muertos, más de cien heridos ¿Qué pasó? ¿Qué sigue? Y ¿ahora? Seguimos en las calles. Más protestas. A exhibir el músculo militar. A condenar la intervención de Washington. Enmendemos errores. “Habrá castigo para los golpistas”
Tres meses de escalada política y social, de condena internacional, de intercambio de señalamientos, de apagones y de llamados al levantamiento militar. La oposición echando toda la carne al asador. Nicolás Maduro sigue en el poder.
¿Qué estamos perdiendo de vista? ¿Cómo llegaremos al fondo de la olla de la crisis venezolana? ¿Qué sigue?