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En el límite del tiempo, el Congreso mexicano aprobó la nueva Reforma Laboral, misma que transformará de raíz el panorama laboral y sindical de nuestro país. Revisemos los alcances de la reforma.
Los cambios giran en torno a ejes como la libertad y la democracia sindical, con voto libre, secreto, personal y directo para elegir a los líderes gremiales, y establece que los sindicatos tendrán que someter a votación de sus agremiados los contratos colectivos de trabajo.
El telón de fondo de la aprobación de la Reforma Laboral mexicana es la ratificación del Tratado entre México…
La nueva política laboral del #GobiernoDeMéxico construye una realidad más justa y democrática para las y los trabajadores del país.
Trabajamos por la justicia laboral.
?? Salarios dignos y libertad sindical
Conoce estos 5 elementos clave de la #ReformaLaboral
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— Gobierno de México (@GobiernoMX) May 2, 2019
La reforma también busca transparentar el uso de los recursos sindicales y propiciar la rendición de cuentas, y con ello evitar que los líderes se hagan ricos a expensas de las cuotas de los trabajadores.
Se elimina la cláusula de exclusión (que permite que los líderes despidan a los trabajadores que no les convienen); se hace voluntario el descuento de nómina de las cuotas de los trabajadores, y se somete a voto secreto la decisión de ir a huelga.
Estos cambios debilitarán la fuerza de los líderes sindicales; reforzarán los derechos individuales de los trabajadores y, con ello, se eliminará uno de los principales legados corporativistas del pasado.
La reforma también promueve mayor flexibilidad en el mercado laboral y premia conductas que favorecen la productividad. Permite el establecimiento de contratos horarios, para contratar a personas en jornadas de corta duración para periodos y días pico, sin incurrir todos los costos de un empleo de tiempo completo. Esto beneficiará más a mujeres y jóvenes que se están integrando al mercado laboral.
La reforma también ata la remuneración del trabajador al mérito, eliminando el escalafón ciego y favoreciendo la contratación de trabajadores con mayores destrezas y los que están dispuestos a cumplir más de una función.
Con estos cambios, las mujeres contarán con los mismos derechos laborales de los hombres. La reforma aprobada prohíbe todo tipo de discriminación, incluyendo algunas que invaden su privacidad y limitan sus derechos reproductivos, como las pruebas de maternidad como condición de empleo. También se legisla contra el acoso sexual en el lugar de trabajo y se favorece el establecimiento de contratos que permiten laborar desde el hogar.
La reforma elimina las juntas de Conciliación y Arbitraje y las sustituye por tribunales especializados pertenecientes al Poder Judicial; se incorporan nuevas fracciones al artículo 133 de la Ley Federal del Trabajo que prohíbe a los patrones obligar a los trabajadores por coacción o por cualquier otro medio, como afiliarse o retirarse del sindicato o agrupación a que pertenezcan.
El Artículo 378 prohíbe a los sindicatos, federaciones y confederaciones ejercer actos de violencia en contra de sus miembros, el patrón, sus representantes o sus bienes, o en contra de terceros, así como participar en actos de simulación asumiendo el carácter de patrón, con el fin de que el verdadero patrón evada sus responsabilidades.
El telón de fondo de la aprobación de la Reforma Laboral mexicana es la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Una vez aprobada la Reforma Laboral, la misma fue turnada al Poder Ejecutivo para su promulgación y entrada en vigor. En tanto, la International Trade Commission de Estados Unidos (ITC, por sus siglas en inglés) publicó su reporte sobre el T-MEC con lo que comienza el proceso de ratificación del acuerdo comercial.