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Andrés Manuel López Obrador, hoy primer mandatario de México, ha encabezado liderazgos obreros y tratantes de la materia laboral, marcando paso como el político que en su entendida ideología “de izquierda” apoya a la clase trabajadora en aras de construir mediante el emblema “primero los pobres”. Así tenemos una construcción a lo largo de su carrera política en que muchos seguidores, militantes y bases del rumbo que toma en cuanto a su bandera partidista, contiene al obrero tipificado como si fueran aquéllos de los reclamos marxistas.

Ahora bien, trabajadores del sector público en diferentes ámbitos respaldan al presidente Obrador, los discursos y las propuestas erigidas guiñan hacia ellos, sin embargo, debemos comprender la estructura del funcionamiento en lo público, dónde las personas son más que votantes o recursos sindicales. En el marco de la conmemoración por el Día Internacional de los Trabajadores, la mira debe ser atender los pendientes, fallas e injusticias en el sistema laboral mexicano; ojo, ni todo el sistema ronda meramente en torno a los obreros, ni todo compromiso asumido debe enfocarse en cierto género (laboral).

Me explico, naturalmente quiénes padecen las carencias derivadas de una política parcial en cuanto a su ejercicio laboral, son esos 8 de cada 10 mexicanos que conforme a cifras oficiales obtienen 13 mil 254 pesos mensuales, considerando que trabajen en el sector formal legal, por otro lado, precios en canasta básica de aproximadamente 760 pesos como total de 40 artículos en 2019, sin considerar el alza de la gasolina al día actual (19.36 pesos), ¿Qué carambas nos importan estas cifras? El análisis ganancia – gasto de un mexicano promedio con licenciatura terminada, sin considerar las pésimas condiciones en que las prestaciones de seguridad social se llevan a cabo.

Imaginen, en el momento en que los miembros de una familia típica mexicana (cuatro integrantes usualmente) adquiere más necesidades mayores serán los gastos, hagan cuentas, cuotas de escuelas públicas, hipotecas, gastos corrientes e imprevistos son los mínimos que dos adultos deben cubrir para el sostén familiar. Consideremos situaciones diversas, como son el padre o madre trabajador mientras el otro se encuentra a cargo del hogar o en peores azares, desempleado, la madre o el padre soltero que corre con la carga sin ayuda, entre muchas otras.

Jóvenes desempleados, familias LGBT+, pequeñas y medianas empresas, emprendedores, prestadores de servicio social, mujeres y hombres trabajadores (señálense acoso y hostigamiento sexual), estudiantes, profesionales, trabajadoras del hogar, trabajadores informales, los pendientes que tenemos en la materia son muchos y las deudas menos atemorizantes deberían ser aquéllas que buscan el contentillo de unos cuántos que se aprovechan de muchos más, claros son cuatro, los sindicatos educativos (para institucional e institucional), el sindicato petrolero, minero y los relativos al sector salud. ¿Qué tienen en común? La atención que se les brinda en tanto son provistos de recursos estatales de manera directa, política y electoral, con fines económicos y políticos. ¿Y los otros, presidente?

Y aquéllos que ni entran en el rubro de los sindicalizados ni en el espectro de lo privado, esos más de 53 millones de pobres que no tienen un salario, que no tienen seguridad social ni derechos laborales, esas personas son parte del sistema laboral en México, muchos de ellos tienen familiares en Estados Unidos y con las remesas favorecen al país como segundo fuente generadora de divisas (33 mil 480 MDD), y sí, reitero, sistema laboral y no sólo económico, esas personas en qué momento obtendrán lo mínimo en el ejercicio de su posible desarrollo de vida, ¿cuándo los incorporaremos útilmente y no sólo en tanto programas sociales al sistema laboral mexicano? ¿De qué manera…? Con una reforma constitucional laboral a las prisas ya en dictamen del Senado, se reformarán 5 leyes, Ley Federal del Trabajo, Ley de Defensoría Pública, Ley del Seguro Social, Ley del INFONAVIT y Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, las prioridades (coincido parcialmente, sin embargo no debería ser la primigenia) son las que refieren al ámbito sindical, curioso, deudas de otros gobiernos sabemos que existen, pero al parecer en pocos meses de gobierno, los actuales ya tienen larga lista de a quiénes pagar y no son precisamente los que enunciaba Marx.