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Cuando uno ve los documentales sobre guerra pocas veces se pueden escuchar los relatos de las mujeres, es más, si vemos los videos históricos no podemos encontrar a mujeres combatiendo cuerpo a cuerpo con otros soldados; en las películas, sólo que narran la Segunda Guerra Mundial encontramos a mujeres perfectamente uniformadas de enfermeras en donde no hay manchas de sangre que empapen sus ropas, también las encontramos bonitas; lo cierto es que les cortaban el cabello, mataban y sus ropas que utilizaban quedaban tiesas de sangre.

Svetlana Aleksiévich (Nobel de Literatura 2015), nos presenta una novela colectiva en donde reúne los relatos de mujeres que participaron en la Segunda Guerra Mundial. A través de sus relatos distintas voces, Svetlana nos muestra un ángulo que nadie narra. Las voces de estas mujeres cuentan el alma de la guerra, sus amaneceres y los muertos en primavera, la sangre en la nieve, los rostros jóvenes y bellos de los soldados que morían con los ojos abiertos y sus rostros llenos de terror.

La guerra no es sólo un cúmulo de fechas y datos precisos que deben ser aprendidos en los libros sino que tiene un alma que nadie escucha y es ignorada.

Aleksiévich junta las voces de estas mujeres para cantar la historia que deja a un lado la ‘gran historia’. En donde se pone entre dicho la gran victoria y donde se muestra que la guerra no es sólo un cúmulo de fechas y datos precisos que deben ser aprendidos en los libros sino que tiene un alma que nadie escucha y es ignorada. La guerra encierra amor por el prójimo, no sólo como camarada o hermano, también es un lugar en donde los amantes se encuentran, en donde los jóvenes mueren sin haber dado un beso.

El canto de estas mujeres nos revela que se dio la vida a cambio de una un futuro mejor y feliz.

Muerte a cambio de vida. Pero fueron engañados, después de la Gran y Segunda Guerra el mundo no conoció más la paz. Los sueños de esperanza y heroísmo se desvanecieron y los héroes se convirtieron en asesinos que ayudan a perpetuar el poder a los maestros de la guerra.

La guerra no tiene rostro de mujer nos muestra el contraste de la naturaleza biológica de la mujer capaz de dar vida y quitarla, también nos muestra cómo estas mujeres fueron ignoradas dentro de la Historia, que fueron menospreciadas sólo por su condición de mujer y cómo es que tuvieron que esforzarse para ser tomadas en cuenta como soldados y no sólo como damas de aparador.

 

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Aleksiévich nos abre una puerta a la belleza del alma humana y nos brinda la esperanza de que el amor nos puede salvar aunque permanezca oculto porque hay temas más importantes como dominar y acabar con el mundo. Nos muestra cómo los animales mueren en combate por capricho de humanos, cómo los cielos pueden albergar una parvada de pájaros mientras en la tierra los hombres de matan. Hay esperanza… hay esperanza.