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La investigación especial a cargo del fiscal Robert S. Mueller se encuentra en una nueva etapa, el cambio parece haberle brindado oxígeno a Donald Trump. Incluso hay quien habla de que el presidente de los Estados Unidos está en su segundo aire y busca sentar las bases para su posible reelección.

En menos de un mes, Trump tuvo dos aciertos en distintos ámbitos. El 26 de marzo, el Pentágono autorizó el desembolso de 1 mil MDD para la valla fronteriza entre Estados Unidos y México.  El 5 de abril el Banco Mundial eligió a David Malpass como director ejecutivo, su perfil criticó al trabajo del organismo, con una visión nacionalista y cercano a Trump. Tan cercano que estuvo en su equipo de campaña en 2016.

Desde que inició la investigación especial, en torno a la trama rusa, han transcurrido 23 meses, cerca de 500 allanamientos, 2 mil 300 declaraciones y un centenar de acusaciones. La información se recopiló en un informe de 400 páginas que documenta las acciones de varias personas cercanas al presidente Trump y él mismo, en dos momentos distintos.

Durante este tiempo la simple sospecha de colusión o corrupción con la inteligencia Rusa, para llegar a la presidencia, limitaba la credibilidad de Trump y ocasionalmente existían focos de crisis cuando alguien cercano era citado a declarar o  se declaraba bajo investigación de Mueller.

La historia dio un giro hace casi un mes, cuando el fiscal General William P. Barr, presentó un resumen al Congreso de la Unión sobre la investigación comandada por Robert Mueller. El documento no era mayor a cuatro páginas y no daba una conclusión sobre la culpabilidad del presidente.

En declaraciones de Barr, ha dicho que la investigación se condujo por momentos: conspiración y obstrucción a la ley. No obstante, el informe de Muller no presenta una conclusión final sobre la injerencia Rusa en las elecciones de 2016 y la posible colusión de Trump.

En ciertos términos puede decirse, que la investigación no encontró evidencia de que la campaña de Trump se haya coordinado con Rusia, y que culpe o exoneren al mandatario de obstruir a la justicia. La colusión no pudo ser probada.

Por lo que en los siguientes días la tensión se ha dirigido hacia la publicación completa de las casi 400 páginas de informe. La falta de claridad sobre los resultados fue aprovechado, vía Twitter, por Trump para colocar debate y la opinión pública alrededor de una exoneración. CNN hizo una encuesta para tener un poco de claridad en el tema. La mayoría de los encuestados (56%) dice que Trump y su campaña no han sido exonerados de colusión. Mientras que un grupo menor (43%), afirma que el presidente y su equipo fueron exonerados de colusión.


La estrategia de los partidarios y opositores de Trump será buscar con lupa cualquier detalle que sirva para inclinar la balanza hacia algún lado. Conforme pasen los meses, y se acerquen las elecciones, la evidencia e información recopilada por Mueller se hará más dañina para ambos lados.

Mientras tanto los términos de negociación se encuentran a favor de Trump, tanto en la política nacional como internacional. En la segunda esfera, el presidente de los Estados Unidos deberá mostrar las siguientes victorias para fortalecer sus bases políticas; reducir el déficit comercial y frenar la migración, dos temas en los que México está en medio.