Ex(Pop)sión
Twitter: @JosManu31
Un dicho popular afirma que “el tiempo pasado fue mejor”, claro eso lo vemos en retrospectiva y lo comparamos con el presente. A la industria del cine también ha llegado ese pensamiento pues el reciclaje de historias ya es de lo más común y sólo se cambia el formato de presentación.
Hay que aclarar algo que muchos podrían discutir: sí, en la actualidad ninguna historia será cien por ciento original porque siempre se retomarán diversas referencias culturales de otros, sin embargo lo que se señala aquí es la forma en que se han relanzado las películas y se ha dejado de lado la creación de nuevas alternativas. Live actions llenos de estrellas de Hollywood, animaciones tradicionales convertidas a digitales y secuelas son los principales fórmulas que se han manejado en la actualidad.
El mejor ejemplo lo está dando Disney, gran parte de sus producciones de unos años para acá han sido remakes de las películas que hicieron en décadas anteriores.
Esta semana se lanzó el tráiler completo de la nueva versión de El Rey León, la audiencia regresará a la jungla con los personajes que conquistaron en 1994. Las expectativas de esta entrega siguen a la alza y los fanáticos en las redes sociales se han mostrado interesados, algo un tanto diferente a como ha pasado con los primeros avances de la nueva versión de Aladdin, la cual ya ha dado de qué hablar a causa de la no tan convincente caracterización de Will Smith como el genio de la lámpara.
In 100 days, the king arrives. Watch the brand new trailer for #TheLionKing now. pic.twitter.com/OIjl7GQzyE
— The Lion King (@disneylionking) April 10, 2019
No es del todo negativo lo que está haciendo Disney, han sido redituables en general casi todos los productos audiovisuales realizados bajo el pensamiento de “rescatar su pasado”, pero no todo ha funcionado. El ejemplo más reciente es la última versión de Dumbo que estuvo en manos del director Tim Burton, la cual no obtuvo buena recepción por parte de la crítica. También tuvo un tibio recibimiento en la taquilla global, su recaudación a la fecha asciende a 216 millones de dólares, lo que apenas representaría una pequeña parte de ganancia de los 170 millones de dólares que costó realizar la película.
Con la alianza Disney-Pixar ha sucedido algo similar. De las últimas cinco películas que ha producido esta casa de animación sólo una no ha sido secuela o precuela, en este caso Coco fue la única que no necesitó de personajes ya conocidos para impulsar su recaudación en la taquilla. Este año con Toy Story 4 sabremos qué tanto funcionará la apuesta por la añoranza, el primer avance nos mostró a Woody y sus amigos en una aventura con la reaparición de Bo Peep.
On the road of life there are old friends, new friends, and stories that change you. #ToyStory4 pic.twitter.com/GNZMD67krq
— Toy Story 4 (@toystory) March 19, 2019
Esta es una jugada que al menos tiene asegurada una gran cantidad de gente que por curiosidad verá y recordará con nostalgia aquello que le provocó felicidad, así como el acercamiento a nuevas generaciones que quizá no están familiarizadas con los personajes y las situaciones, pero, ¿cuál es el peligro de esto para el futuro? Si Disney deja de producir contenidos originales no tendrán dónde apoyarse en unos años, no sabemos si esto es una crisis creativa o sólo una apuesta por generar nuevas versiones de lo que ya funcionó.
Mientras la audiencia le dé un buen recibimiento a las películas, Disney mantendrá el camino de los remakes. No sabemos qué tan rápido se desgastará la idea y se comenzará con la creación de nuevos personajes, pero hasta que llegue ese momento la fórmula se repetirá. Un nuevo ciclo con oportunidad de revisitar el pasado.