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Sobre la mesa

Morena había puesto en la congeladora la Reforma Laboral, con la intención de aprobar primero la educativa, una mala jugada porque la discusión del tema educativo provocaría más movilizaciones que lo referente a la legislación laboral.

Sin embargo, esta semana la discusión de la Reforma Laboral será retomada pues se tiene que aprobar a más tardar el 30 de abril. ¿Por qué la urgencia?

La respuesta está en el T-MEC, cuando México firmó el nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá adquirió compromisos para modificar su legislación laboral.

El T-MEC tiene un capítulo que obliga a nuestro país a reformar sus leyes para crear una entidad independiente que se encargue de la conciliación de conflictos obrero – patronales (este será el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral) y que tenga el registro de sindicatos y contratos colectivos; además, la democracia sindical, nuevos esquemas de negociación colectiva y emplazamiento a huelga y un sistema de justicia más eficaz, son otros puntos.

Todo lo anterior está contemplado en la reforma laboral y es la compatibilidad con el T-MEC, específicamente con el Anexo 23-A del nuevo acuerdo comercial.

Ahora bien, la urgencia por aprobar la Reforma Laboral radica en la presión que está ejerciendo Estados Unidos a través del tratado de libre comercio, con justa razón porque nuestro país adquirió esos compromisos en materia laboral.

La semana pasada la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo que el Congreso de Estados Unidos no avalará el T-MEC si México no aprueba la reforma laboral.

Al día siguiente, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo durante su conferencia matutina que no se sacrificará el tratado comercial por ninguna reforma y para el jueves, ya estaba listo el dictamen de la reforma laboral en la Cámara de Diputados.

¿Hay presión internacional? La respuesta es sí y mucha, Estados Unidos y Canadá quieren que México mejore sus condiciones laborales para poder competir.

Por ejemplo, en el tema sindical, los sindicatos en nuestro país hasta ahora pueden firmar contratos de protección o extorsionar a las empresas con huelgas, sin tener representación de trabajadores, al menos con la reforma laboral estas dos industrias terminarán. También, habrá cambios en el sistema de justicia laboral, la conciliación será un requisito prejudicial; es decir, si quieres demandar a tu patrón, primero habrás tenido que buscar la conciliación del conflicto.

A esta presión que está ejerciendo Estados Unidos para la aprobación de la reforma laboral, hay que agregar que México está a destiempo en la modificación de estas leyes.

Al ratificar el convenio 98 de la OIT nuestro país también quedó obligado a adoptar en su legislación principios como la democracia sindical, un sistema de justicia más efectivo y los derechos de los trabajadores a afiliarse o no a un sindicato, entre otros temas.

Pero no sólo es el Convenio 98 de la OIT lo que tiene a nuestro país atrasado en la reforma laboral, en febrero de 2017 hubo una reforma constitucional que obligaba a los legisladores a modificar las leyes reglamentarias, como la Ley Federal del Trabajo y no se hizo. En pocas palabras, a la legislatura anterior le valió.

La Reforma Laboral es uno de los aciertos de Morena, implica grandes cambios que transformarán el mundo laboral de México, la mayoría de las empresas, los sindicatos y hasta los propios trabajadores, no están preparados para lo que viene, pero esta transformación está a la vuelta de la esquina.