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Las conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, se han convertido en un foro de ataque, crítica, denostación y señalamientos negativos contra diversos medios de comunicación y periodistas.
Nunca antes, desde un foro similar, un presidente se había lanzado con todo en contra de los medios a los que llamado “fifís, sabelotodo, hipócritas y conservadores”, entre otros calificativos. Esto genera preocupación entre el gremio periodístico por el peso de la palabra presidencial, más aún cuando se lanza contra un sector tan vulnerable que ha sido víctima de crecientes ataques que, incluso, han costado la vida a varios colegas.
Sobra decir que la relación entre el nuevo gobierno y los medios de comunicación se encuentra en un momento difícil.
En este contexto, la palabra presidencial alimenta el clima de animadversión en contra de ciertos medios y periodistas.
Conferencia de prensa matutina, desde Guadalajara, Jalisco. https://t.co/02Zxy36ANQ
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) April 5, 2019
Hay organizaciones, como Artículo 19, que monitorea los ataques a medios y periodistas, que han manifestado su preocupación ante las descalificaciones presidenciales. Al hacer un rápido recuento de las agresiones documentadas por esta organización, vemos que la tendencia de ataques crece en forma constante.
En 2015, Artículo 19 registró 397 ataques (promedio mensual de 33.33)
En 2016 documentó 497 casos (subió a 41.41 el promedio por mes).
En 2017 registró 507 casos. (42.25 como promedio mensual).
En 2018 las agresiones documentadas fueron 540, lo que genera un promedio mensual de 45.
Para este año 2019, otro organismo defensor de la libertad de expresión y el periodismo, la Asociación Periodistas Desplazados de México informa, en su Plataforma de Seguridad para la Protección del Periodismo en México “Guardian”, que en febrero el promedio mensual aumentó 20 por ciento respecto al promedio consolidado de todo 2018.
Desconozco si el gobierno de la 4T busca restarle poder e influencia a ciertos medios como parte de una estrategia política para desacreditarlos. Lo cierto es que, en este mismo mes de abril, el gobierno de López Obrador comenzará a soltar los recursos económicos para difundir sus campañas, programas y propuestas en algunos espacios mediáticos.
El vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, ha declarado que el gobierno reducirá a la mitad la inversión en medios, en comparación con lo que venía ocurriendo anteriormente. Esto seguramente generará una ola de descontento entre aquellos comunicadores y concesionarios que estaban acostumbrados a recibir enormes cantidades de dinero para sus espacios periodísticos.
Todo indica que el gobierno de la 4T apuesta por una redefinición de la relación con la prensa a partir de su propia visión y objetivos. Lograr esto no será fácil, de ahí que no resulte descabellado pensar que el constante golpeteo presidencial hacia los medios tenga como uno de sus objetivos ablandarlos, para después reducirles el dinero público.
Falta poco tiempo para ver cómo vienen los montos de inversión y el tipo de medios escogidos por la 4T para promoverse.
En tanto, el nerviosismo invade a los concesionarios. Incluso algunos de ellos se han enfrascado en una guerra de cifras de audiencia para demostrar que son la mejor opción para poner en ellos el dinero público de comunicación social.