Twitter: @LuzJaimes

No existe mañana igual a otra porque la mañana nunca es la misma para nadie. Hoy me levanté tarde y el sol jugó con mi piel hasta que quiso. Él despertó temprano y gozó del viento fresco. Esa planta lloró sus propias lágrimas para mostrarnos que ha crecido.

Un perro salió a caminar solo y el gato al fin se echó a dormir. Esos camiones no pudieron circular porque unos campesinos esperaron el amanecer en la avenida. Del otro lado de la capital, casi en el horizonte, una mujer usó tacones altos y vestido negro. El joven que barre la calle estuvo en la escuela de su hijo porque el niño bailó sin un error.

Fuente: excelsior.com.mx

El nuevo café de la esquina se llenó como nunca antes y el olor del grano tostado llegó hasta la otra calle donde un hombre que compró auto nuevo estuvo en la gasolinera y dio propina generosa a la mujer que despachaba.

Una señora permaneció sentada en esa clínica durante horas, inmutable. Miró pasar la vida de unos cuántos que no tienen su paciencia, ni su edad. La silla de la secretaria de esa misma clínica quedó vacía porque ella enfermó de depresión y sus hijos fueron a la prepa solo para no tener que soportarla.

Aquella pareja que miras en la esquina salió a hacer ejercicio, luego cada uno fue a ver a su amante so pretexto de ir a trabajar. En la oficina de ese último piso, varias personas lloraron porque el proyecto en el que trabajaron todo un año no salió adelante y mi madre contempló el cantar de los pájaros en compañía de las hormigas.

Llamó la atención el perfume de ese hombre de buen porte que vestía un traje color gris. Una bicicleta lo esperaba para correr juntos hasta la oficina que ella nunca conoció porque él no la miró cuando ella le ofreció de su sonrisa.

Mañana me levantaré temprano, no recuerdo para qué. Viviré una mañana diferente. Ellos estarán contentos, de este lado probablemente haya indiferencia y la gente espere la llegada de la noche. Otros no amanecerán. El cielo es distinto para cada uno y no toda estación es primavera.