Twitter: @YessUrbina
Durante al menos, los últimos 40 años, hemos sido testigos (y también víctimas) de un escenario político repetitivo. Cada seis años hemos visto la promesa de cambio esfumarse con una rapidez, incluso más intensa que con la que pasa el ánimo de campaña. ¿Pero por qué siempre es lo mismo? Se debe a factores profundos en el régimen político por el que hemos transitado desde nuestra independencia y nunca terminaríamos de analizar a fondo, pero en esta ocasión me remito a un análisis interno desde los partidos políticos.
En los tiempos de la Cuarta Transformación parecía que se avecinaba un cambio radical, una nueva esperanza como tanto se proclamó.
Sin embargo, las sorpresas no tardaron en llegar al ver a personas como Manuel Bartlett, Celia Maya, Yasmín Esquivel, Alejandro Gertz y más consideradas para o ejerciendo en posiciones claves en esta administración. ¿Por qué un gobierno destinado a devolver la esperanza de un cambio sustenta sus decisiones en personajes con una larga carrera política, donde el cambio generado no ha sido trascendental? ¿Es acaso una compensación o el presidente realmente cree que ellos son las personas más idóneas para el cargo?
Rescatar nuestra soberanía energética con un modelo nacionalista como se hizo hace 81 años es un objetivo prioritario de la Cuarta Transformación de Mexico.#RescatemosPemex #4T
— Manuel Bartlett (@ManuelBartlett) March 18, 2019
Ahora, si hablamos más de cuestiones partidistas, parece suceder la misma situación. Los escaños son ocupados por los políticos que se han perpetuado en el poder, no caeré en generalizaciones sobre su buena o mala gestión, pero la situación del país no miente y la vocación de servicio no ha sido el común denominador de la mayoría de nuestros representantes en el Congreso, en municipios o alcaldías y en nuestros estados.
Más allá de la vocación de servir o no (que es vital y no ha sido cumplida a cabalidad), debemos cuestionar los métodos internos de los partidos para elegir quiénes serán los candidatos y quiénes tendrán en su poder la toma de decisiones. Una interrogante constante es por qué hay un número tan pequeño de jóvenes y los políticos de siempre continúan brincando de un partido a otro, ocupando puestos sin dar resultado alguno.
Es momento de dejar espacio para que nuevos rostros refresquen la visión política en un contexto tan cambiante en el que se dice una cosa, pero se hace otra manteniendo las élites de poder que por años han ejercido el poder y reitero, no han generado un cambio trascendente. Es momento de dejar de ver a los mismos de siempre y darle voz a políticos jóvenes que tienen propuestas nuevas y una vocación de servicio que atienda los problemas actuales con estrategias pensadas en el hoy y no en hace veinte años.
Con lo anterior no estoy demeritando la amplia experiencia de muchos servidores públicos y representantes populares que actualmente ejercen. Estoy haciendo énfasis en la necesidad de que nuevos liderazgos, nuevas voces, nuevas caras, nuevas ideas puedan mostrar una forma diferente de hacer política, no de perpetuar las mismas prácticas o al grupo de siempre.
Teniendo a representantes jóvenes como Celeste Ascencio (Morena), Indira Kempis y Samuel García (Movimiento Ciudadano), Lucía Rojas (independiente), Felipe Macías (PAN) que defienden a capa y espada sus ideales y propuestas, no cabe duda que vamos por un buen camino, pero nos corresponde a todos empujar y defender que la juventud sea tomada en serio. Que se nos brinden verdaderas oportunidades de crecer y demostrar que tenemos mucho que ofrecer, tenemos voz y voto. Es hora de que comencemos a creerlo y nos apropiemos de escaños que nos han hecho creer que no nos pertenecen.
El día de ayer nos reunimos en la Cámara de @Mx_Diputados con la Comisión de Juventud y diversidad sexual para dar inicio a los trabajos referentes a la Ley General de Juventud que busca homogeneizar los derechos y oportunidades para los jóvenes en todos los estados nuestro país. pic.twitter.com/UBxlCPCH4O
— Lupita Covarrubias (@mtra_lupita) March 7, 2019
No permitamos que las élites de siempre se sigan perpetuando. No callemos nuestras opiniones por diferentes que sean. Usemos nuestra voz con responsabilidad, usémosla con fuerza. No tengamos miedo de adueñarnos de los que nos pertenece. No repliquemos las mismas prácticas de políticos de antaño, hagamos una nueva forma de política, una que sea capaz de trascender y representar. Demostremos que los jóvenes somos mucho más que simples millenials que quieren todo a la mano.