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La marimba se adoptó en Tabasco como instrumento principal para la música folklórica y el zapateado, popularizándose su ejecución en la segunda década del siglo XX, de acuerdo con marimberos e historiadores locales. Como buen tabasqueño, seguramente el presidente López Obrador creció escuchando este bello instrumento y sabe bien cómo luce un zapateado en escena durante las ferias locales.

Un zapateado al igual que las ruedas de prensa mañaneras necesita ciertas características y materiales como un escenario de madera (como un templete), sonido (bocinas y micrófonos) y público presente (en este caso los medios de comunicación), pero supongamos que para completar el zapateado necesitamos contar con músicos (principalmente un buen marimbista), bailarines, instrumentos y canciones para entonar el ritmo a seguir.


El Marimbista Principal: se necesita quien decida el orden de las canciones y el ritmo a seguir, alguien que bajo su liderazgo no se pierda el baile y mantenga en línea a los otros músicos que lo acompañan.

El presidente López Obrador como principal actor de las mañaneras decide el orden de los temas a tocar, decide quién o quiénes de su gabinete lo acompañan y no permite que se salga de control el tono de la rueda de prensa.

¡Parece que ya tenemos casi todo para armar un buen zapateado!

Pero falta dos elementos muy importantes… las y los bailarines y las canciones.

Bailarines: mujeres y hombres que sigan el ritmo de los instrumentos, que vayan sincronizados tomando el paso que el marimbista principal y los músicos entonan, y que no pierdan el orden entre las canciones.

La oposición baila al ritmo y son del presidente, con agendas sincronizadas ni parece que son partidos diferentes y mucho menos con capacidad de generar contrapropuestas sólidas y argumentadas, al parecer las canciones de cada semana se tocan desde las mañaneras. Algunos éxitos de las semanas han sido:

“México y el perdón de la conquista”, “Porra fifí en tercera base”, “Desde Rusia con amor ft Krauze”, “El lago hermoso de Texcoco”, entre otros.

Hoy se requiere de una oposición partidista que actúe de manera diferente y no permanezca inerte ante los ejercicios absolutos del poder o que de manera incongruente siga flotando entre la oposición “responsable” (votando todo o casi todo con el partido en el gobierno “PRIMOR”) y la oposición irracional (votar en contra todo por ser oposición “el PAN viviendo en Venezuela”).

Según Linares Quintana,

“Tan importante como la acción del partido en el poder, es la crítica constructiva del partido opositor”.

Pero dicha crítica no puede confundirse con la descalificación sin fundamento, el insulto vulgar, la especulación (¿revocación = reelección?) o la simple queja. Como plantea Ricardo Haro, para ponderar los objetivos de los gobiernos en turno, “es preciso cuestionar los ‘por qué’, los ‘para qué’ y también los ‘cómo’”.

Desde la oposición se tienen que ofrecer propuestas concretas a los futuros desafíos que se vayan presentando.

Hasta que los partidos en la oposición y las organizaciones de la sociedad civil empiecen a entonar agendas con propuestas para sus representados (canciones propias), comunicación política propia (no solo sobre lo que diga el presidente), y contrapropuestas a las del partido hegemónico con estrategias claras (instrumentos) y acompañadas (músicos), no van a dejar de seguir bailando zapateado del presidente.