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Escoger una película en un video club tenía su encanto. Recorrer pasillos y estantes, recibir recomendaciones y, dependiendo de la época, decidir entre un VHS, DVD o Blu-ray. Rentar películas implicaba destinar un determinado tiempo para elegir la opción que llevaríamos a casa.

En la actualidad el proceso para seleccionar una cinta podría parecer diseñado para lo inmediato. La watchlist o los seguimientos nos muestran las prioridades a ver, el algoritmo coloca sugerencias basadas en nuestro historial y los nuevos lanzamientos se anuncian en primer plano.

Hay algo en esta nueva selección a clics y control remoto que guarda una semejanza al pasado. Existen secciones divididas en géneros: la versión digital de aquellos muebles repletos de películas. Los videos o portadas de introducción de los lanzamientos que antes veíamos en los posters de la entrada de aquellos video clubs. Ver el tráiler es el equivalente a leer la sinopsis.

Air Doll (2009). Dir. Hirokazu Koreeda.

La forma ha cambiado, pero el fondo sigue siendo el mismo.

Las películas están. Nuestras intenciones para verlas (entretenimiento, aprendizaje, reflexión) se mantienen. La máquina publicitaria y los nichos continúan.

Esta última parte es uno de los debates fundamentales de la industria en la actualidad. La supuesta pérdida de la experiencia cinematográfica y enfrentamiento de estudios, creadores y festivales contra las plataformas que no distribuyen las cintas en cines y solo directamente en sus servicios de streaming.

El ejemplo más reciente fue la derrota de Roma como mejor película en la entrega del Oscar y el destape de la campaña de Steven Spielberg para no permitir que las cintas de plataforma compitan en el premio hollywoodense.

Mientras los especialistas discuten sobre el tema, el público no deja de consumir.

El espectador va al cine e igualmente disfruta de las cintas en su dispositivo o televisión. Exactamente como pasaba con los videos rentados o con la compra al vendedor de piratería. La gran diferencia en nuestros días se refiere al alcance.

Internet abrió como nunca las posibilidades de consumo. Tenemos catálogos de todo tipo que ofrecen listados interminables. Podemos hablar de plataformas como Netflix, Amazon Prime, HBO Go, Mubi y Filmin Latino, pero también de las múltiples páginas ilegales.

Con este panorama, mi sugerencia es dedicar algún tiempo. Como aquel que destinabas con tus mejores amigos de la secundaria para encontrar la cinta ideal para la pijamada, como el que tu familia tomaba los fines de semana para encontrar la opción que complaciera a la mayoría.

The Miseducation Of Cameron Post (2018). Dir. Desiree Akhavan.

En nuestros maravillosos y terribles tiempos el consumo inmediato parece estar incrustado en cada parte de nuestras vidas. Tomemos un respiro y recordemos el proceso, el disfrute de la búsqueda. Entre la avalancha de contenido hay tesoros esperando a ser descubiertos. 

Por mi parte, cada semana buscaré en las muchas opciones que los servicios de streaming nos ofrecen y seleccionaré una película para compartir en mi cuenta de Twitter. Aquí puedes conocer la primera sugerencia: https://bit.ly/2Ol8O26.