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La escuela estructural antropológica se refiere al término eficacia simbólica de Claude Levi Strauss como; una “manipulación psicológica del órgano enfermo”. En este sentido, para esta columna me daré a la tarea de hacer una brevísima reflexión del término narcomenudeo y cómo mediante dispositivos jurídicos y mediáticos se ha configurado una ecología de biologicismos, imágenes y discursos que, en el complejo político-mediático, se han atribuido cualidades casi míticas al término narcomenudeo depositando una fuerte carga simbólica del “mal”.
El narcomenudeo es definido como el comercio de drogas ilícitas en pequeña escala y constituye un delito tipificado como: “delitos contra la salud”. En este orden de ideas, el narcomenudeo entendido como; la venta de ciertas drogas en los mercados ilícitos es una actividad originada por la prohibición de las drogas, y según Ethan Nadelman; el rol dominante que tuvo la política criminal de Estados Unidos en materia de narcotráfico, dio pie a una especie de “americanización”, del combate a las drogas, por lo que la conceptualización y combate de este fenómeno al estilo de Nixon o Reagan se estructuraba en delegar en; un “enemigo interno” una “guerra contra las drogas” ocasionadas por un “abuso de drogas”.

En este sentido, con la evolución del tráfico de drogas en México a partir de los años 90 se fue ajustando el término jurídico a la estructura socio política. El “narcomenudeo” derivado de la palabra “narcotráfico” adquiere una serie de acepciones basadas en términos de criminalidad y de imaginario social relacionados con la ecología ilícita de los mercados locales de drogas.
En este orden de ideas, no es difícil encontrar acepciones como: célula criminal, fragmentación o escisión y epidemia de violencia, que desde los medios de difusión y las autoridades logran establecer inferencias sobre el narcomenudeo como una actividad criminal “mala o desviada”. Y que en razón de la actual violencia espectacular con la que operan ciertos grupos de venta de drogas locales, con el fin de englobar una serie de delitos que no pertenecen sólo al tráfico ilícito de drogas, el narcomenudeo será interpretado como una especie de “purga” hacia un mal y que no importan los medios para justificar el fin.
Por lo que respecta, la tesis de Nadelman se sostiene pues el mercado de drogas local en México se ha convertido en el imaginario; un enemigo público, que se combate policialmente, y cuenta por ley; fiscalías desconcentradas y ciertas medidas extraordinarias como la extinción de dominio, por ejemplo, hace diez años so pretexto de operación de una célula de narcomenudeo el extinto control policial único o UNIPOL, realizaron un operativo en la discoteca News Divine, el cual evidenció, la criminalización de la juventud y de los estratos vulnerables de la sociedad como jóvenes y mujeres que son los principales afectados de los operativos “contra el tráfico al menudeo de drogas”.
A manera de conclusión, habría que mencionar que el narcomenudeo es un término que actualmente sirve como chivo expiatorio de la crisis derivada de la prohibición de drogas, en la cual se designa un ideal maligno, donde cabe todo lo indeseable, es decir una manipulación psicológica del órgano enfermo que es la sociedad.