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En términos beisboleros, como le gusta al presidente, diremos que esta entrada, que este inning, ya lo perdió y tiene que pensar en el siguiente.

En 2019, primer año de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, todo apunta a que habrá una desaceleración económica.

Después de crecer 2% el año pasado, este 2019 el avance de la economía sería de un magro 1.6 por ciento, según la media del pronóstico del Banco de México, que el pasado 27 de febrero le dio santo sablazo a su previsión a un rango de entre 1.1 y 2.1%, desde el 1.7 – 2.7% previo.

Más tarde que temprano, la Secretaría de Hacienda, es decir el Gobierno, también deberá ajustar a la baja su pronóstico actual del rango 1.5 – 2.5%.

Pero desde ya el Gobierno debe actuar para que en 2020 haya una aceleración de la economía.

Hay indicadores que muestran un enfriamiento del consumo de los mexicanos, el principal motor económico de México en los últimos años. También en la inversión privada, que es fundamental para generar empleos.

En el primer caso el Gobierno tiene la apuesta de fortalecer el consumo interno a través de mayores salarios y los multimillonarios apoyos sociales. Veremos conforme pase el año si le dan resultado.

Y también hay una paradoja, pues mientras hay señales de una caída en el consumo, la confianza del consumidor está en su máximo nivel histórico. ¿Ese ánimo de los mexicanos se transformará en que en realidad vayan a las tiendas a comprar más? De ser así, el consumo y la economía tendrán nuevos bríos, pero si no habrá sido sólo en espejismo en el desierto económico actual.

En el caso de la inversión privada, pese a las flores que llega a tirar el sector privado y los acuerdos –más para las fotos que para los hechos-, se percibe aún desconfianza en el Gobierno y sus planes para comenzar a reactivar a todo su potencial las inversiones.

López Obrador y su equipo lo saben. Y nadie puede negar que han intentado enamorar a los empresarios, que si dándoles voz dentro del Gobierno con un Consejo de Asesores, que si evitando la confrontación, que si consintiendo a algunos de los más poderosos, como los de las televisoras o ciertos bancos. Pero aún no se percibe ese ‘clic’ total.

Vendrán meses donde les tocará dar la cara y afrontar este mal inicio de sexenio en materia económica, pero también donde deberán encontrar formas de gastar mejor, de atraer inversionistas locales y extranjeros, de que se generen más y mejores empleos, y que la gente tenga en las bosas dinero para ir a gastar.

Y es que, señor presidente, ya perdió el 2019. Vaya por el 2020.

La Puerta Grande: El presidente, sobre el aborto, dijo: “Yo creo que no debemos de abrir esos debates”. Qué vergüenza, Andrés Manuel. Los derechos siempre deben ser prioridad.