Twitter: @trejomiranda_
“Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar al mundo”.
–Malala Yousafzai
Vivimos en un mundo en donde la palabra emprender no solo se escucha, se está llevando a la práctica. El “tú no puedes” se ha transformado en ganas de aprender cosas nuevas día a día, de luchar por los derechos que como seres humanos tenemos sin importar el sexo, raza o color de piel, de alzar esa voz interior que dice “sí se puede”.
Por años a lo largo y ancho de México y el mundo las mujeres han sido rechazadas en sociedad por la cultura machista, esta situación sigue prevaleciendo en las zonas donde la educación es escasa y las formas de pensar siguen siendo tradicionales y muy radicales. Pero no todo es amargo, hay lugares en donde una luz brilla para dar energía a quienes la necesitan, tal es el caso del noreste de Pakistán. Les contaré la historia…
My new book #WeAreDisplaced is a collection of stories from refugee girls around the world – harrowing journeys, lost loved ones and longing for home. It shows readers the real lives behind the statistics, news reports & rhetoric we hear every day. https://t.co/PVhd5MZhNh pic.twitter.com/O7tvAZcxzx
— Malala (@Malala) January 8, 2019
Hace no mucho tiempo en el Valle de Swat, donde está prohibido por el régimen Talibán que las mujeres testifiquen, le levanten la voz a los hombres, deshonren a su familia, estudien y contraigan matrimonio con quienes ellas decidan, una joven de tan sólo 15 años de edad puso en riesgo su vida para cambiar esta ideología y romper las barreras de lo que esta dictado por ley. Seguro ya habrán escuchado de ella, se llama Malala Yousafzi.
Un día como cualquier otro esta joven decidió tomar las riendas de su vida, cambiar su destino y el de muchas niñas y mujeres, pues a partir de un blog que tenía en la red difundió las injusticias por las que estaba pasando en su país. Fue entonces que la cadena BBC la contactó para darle difusión a sus escritos. Así fue como comenzó su lucha por una mejor educación para las niñas de esa región, lo que casi le costó la vida.
El 9 de octubre de 2012, Malala fue atacada por un tirador talibán cuando ella iba a bordo de un autobús escolar. Una bala le atravesó la cabeza, lo que le causó que estuviera en coma durante ocho días, casi perdía la vida, afortunadamente sobrevivió. Después del ataque tuvo que huir de su país de origen, no regreso hasta después de seis años. Durante ese tiempo que estuvo lejos de casa participó en congresos, campañas, dio conferencias y fue apoyada por diversas figuras del mundo de la política como Barack Obama. Además recibió varios galardones como el Premio de la Paz Internacional por la Infancia y con tan solo 17 años se hizo acreedora del Premio Nobel de la Paz 2014.
Malala es la persona más joven del mundo en recibir este Nobel.
La historia de Malala Yousafzi, es un claro ejemplo de lucha constante. Ella tuvo que huir de su país para convertirse en una refugiada en Europa, continente que la cobijó.
Actualmente lucha por la educación de más de 66 millones de niñas que no pueden estudiar en Pakistán, porque la ley así lo dicta. Ella es la voz que está cambiando al mundo, el himno de la tolerancia y la paciencia de una constante batalla por la educación.
Reverso
Vale la pena que le echen una leída a su nuevo libro We Are Displaced: My Journey and Stories from Refugee Girls Around the World, donde retrata las historias de niñas refugiadas alrededor del mundo. Yo me quedo con su frase “Yo elegí esta vida y debo continuarla”.