Twitter: @HadaCosquillas
La filosofía es un saber subestimado por muchos por creerlo antiguo, aburrido y ya sin sentido. Pero es de llamar la atención que por otro lado, hay quienes la consideran el refugio ante las tempestades de la vida y en este grupo me encuentro yo, socavando por el pasado y retomando a aquellos sabios que desde antaño nos pretendieron enseñar lo que es el buen vivir. Marco Aurelio nos dice:
“No gastes más tiempo argumentando acerca de lo que debe ser un buen hombre. Sé uno”.
Y poco caso le hemos hecho, nos la pasamos argumentándonos a nosotros mismos tratando de entender de qué va la vida, cuando la vida es de lo más sencilla si así lo deseamos y no me refiero a que sucumbamos a la idea del decreto universal. La filosofía tiene las bases para demostrarnos que todo aquello que radica en nuestra mente es lo que radica en nuestra existencia.
“Hace falta muy poco para tener una vida feliz; esta todo dentro de ti, en tu forma de pensar”.
Marco Aurelio una vez más, nos demuestra la bondad que puede acaecer a través del pensamiento. Pero ¿cómo logramos tal cosa si en el pensamiento traemos una avalancha de cosas? Sencillo, Aristóteles nos habla de la templanza y esto significa trabajar en darle a las cosas su justa dimensión, por lo cual, podrás ver de manera objetiva los acontecimientos y no dejaras que las emociones te cieguen o te arrastren.
La templanza es aprender a vivir de la mano de las emociones y por lo tanto, tendrás buen juicio.
Cuando nos dejamos llevar por la emoción perdemos todo sentido a buen puerto, pues nos conducimos por el enojo, la desesperación o incluso el amor y entonces perdemos claridad y hacemos o decimos cosas que luego nos llevan al arrepentimiento ¿te ha pasado? De ahí que la filosofía se vuelve una guía para el buen vivir. Muchas son las posturas, los tiempos, las corrientes y todas de uno u otro modo, tratan de resolver al cuestionamiento de ¿qué es la felicidad? Encontraremos respuestas metafísicas, ontológicas, fenomenológicas, existencialistas, humanistas, vitalistas, idealistas, empiristas, incluso, lingüísticas. Pero todas ellas, en busca de otorgar un sentido a la vida en general. Epicuro nos muestra el quid de la labor más importante de la filosofía para lograr el bienestar cuando nos dice:
“Retírate dentro de ti mismo, sobre todo cuando necesites compañía”.
El autoconocimiento que se logra a través de la práctica filosófica es como pocos, si bien hay ya herramientas de la psicología y un sin fin de abordajes, todas de ellas tienen como base a la filosofía y pocas, la profundidad que te da el filosofar pues cuando lees y haces filosofía tu estructura de pensamiento es totalmente otra. Aún recuerdo la frase que nos dijo el director de la carrera al grupo que estábamos por graduarnos, nos dijo:
“Felicidades por acabar una carrera como filosofía y les deseo éxito en su empresa del vivir pues no es cosa fácil vivir con tal conciencia”.
Y cierto es que la conciencia nos abre los ojos ante la realidad, pero lejos de ser difícil es mucho más placentero “darse cuenta de” en cada cosa, palabra, acontecimiento y principalmente en cada acto que uno mismo comete. De ahí que la filosofía jamás te llevará por los caminos de la banalidad y cito de nuevo a Epicuro “¿Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia”. Una vez más, vemos el llamado filosófico a la templanza y al buen corazón porque justo eso es lo que nos enseña la filosofía, a cultivar un corazón bondadoso, uno que nos permita comprender los sinsabores de la vida y entender que las cosas como dijo Heráclito están en constante devenir y por lo tanto, el momento presente es lo único que tenemos y en el que si podemos generar un cambio.
“El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él”.
Nos dice Epicuro y sin embargo, mucho de la vida lo hemos desperdiciado habitando el pasado y añorando un futuro pero estos pensadores nos hacen énfasis en el momento presente. Ya hay nuevos escritores que te hablan de esto, sin embargo, no hacen mas que retomar a estos clásicos porque las claves para el buen vivir han estado desde antaño en las mentes de estos grandes sabios que tan sólo vienen a confirmarnos que es justo en la filosofía donde puedes encontrar la receta para aprender a vivir en bienestar porque como versa mi lema:
“La felicidad está al alcance de un pensamiento”.