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La promoción del buen comportamiento de los servidores públicos mediante los estándares éticos permite fortalecer el desempeño del trabajo en relación con una cultura de transparencia, honestidad y objetividad.

El conjunto de acciones y buen comportamiento es una condición sine qua non para el buen gobierno, a fin de mostrar un marco legal eficaz, rendición de cuentas, códigos de conducta efectivos y actitud de apoyo al servicio público que se otorga a la sociedad.

Esto aumenta la confianza ciudadana en las acciones de la administración pública que dependerán de que las gestiones públicas tomen consideración a los aspectos éticos junto a los económicos en términos de eficiencia y eficacia.

Analizar la realidad mediante una aproximación sincera respecto a las distintas administraciones públicas, debe iniciar el debate como acción inacabada, para que su perfeccionamiento sea una puerta abierta. Empero al formar parte del aparato administrativo, asumimos la responsabilidad para responder a las demandas sociales, reforzando los criterios y valores que deben iluminar el camino por el que transitamos.

Fuente: Especial

Uno de los objetivos del servicio público es ofrecer un trato digno y cordial, reconociendo los derechos y libertades inherentes a la condición humana. Más que una obligación es una satisfacción el poder servir a las personas mediante una actitud sensible y solidaria.

El apoyo y respeto a la sociedad es prioridad cuando el servidor público se convierte en un decidido promotor de los valores y principios que enarbolan el servicio en la administración pública, independientemente del cumplimiento de las disposiciones legales que regulan sus funciones.

Las decisiones y acciones en el servicio público deben estar enfocadas para satisfacer las necesidades e intereses de la sociedad por encima de los intereses particulares que se alejan del bienestar colectivo fomentando una cultura de respeto y profesionalismo del servidor público en todos los ámbitos.

Dicho compromiso con el bienestar colectivo hace referencia al servicio público como un patrimonio que le pertenece a todos los mexicanos, y que su objetivo y misión se enaltecen con legitimidad cuando este logra satisfacer las demandas de la sociedad.

Para los que trabajan o hemos trabajado en el servicio público rendir cuentas es asumir la responsabilidad de cumplir cabalmente con nuestras funciones sujetándonos a la evaluación constante de la sociedad, ello determina el nivel de eficiencia y calidad para desarrollar procesos de mejora continua.

Nuestra actitud y actuación en el desempeño de las funciones es el puente de confianza entre los ciudadanos y las instituciones, fomentando conductas que promuevan una cultura ética y calidad en el servicio público.