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Hace un mes, escribí sobre la confianza del sector externo hacia el Gobierno Federal y la economía mexicana a principios de año, reflejado en la significativa demanda durante la colocación de deuda en los mercados internacionales. Semanas después, todo comenzó a presentar tambaleos.

La primera cuestión que comenzó a afectar la percepción de México fue la rebaja en la nota crediticia a Pemex, una empresa que se encuentra altamente endeudada y con poca inversión para mejorar, a pesar de la intención del Gobierno de salvarla con la combinación de diferentes medidas.

A esto hay que sumarle la reciente revisión hacia la baja del crecimiento económico mexicano tanto para 2019 como para el próximo año por parte de Banco de México, que argumentó que el ajuste obedeció la desaceleración económica mundial que va de la mano con el comercio, importante para la economías mexicana, así como los conflictos laborales en el norte del país, la debilidad en la inversión, la interrupción de vías férreas, la problemática que produjo la distribución de combustibles y la reducción en la producción petrolera.

Bajo este contexto, sorprende que durante el pasado mes de enero, el Indicador de Confianza del Consumidor, publicado entre Banxico y el INEGI, haya mejorado principalmente por una mejor percepción de la situación actual del país respecto hace 12 meses, así como la actual hacia los próximos 12 meses. Cabe señalar que llama la atención que los encuestados cuentan con un menor optimismo en la situación económica de los miembros del hogar futura (dentro de 12 meses), no obstante un balance positivo del país.

En cambio, el Índice Mexicano de Confianza Económico (IMCE) realizado entre el (Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) y Bursamétrica, marcó una caída importante en el primer mes del año. La encuesta mensual se realiza a los miembros del gremio de los contadores, en otras palabras a contadores que prestan sus servicios a empresas de diferente índole. De esta manera, el gremio percibe que tanto la situación actual de la economía mexicana como la de los próximos seis meses es poco favorable, ya que notaron que en enero hubo una disminución en las ventas y su cobranza, menores inventarios y contratación de personal en el momento actual respecto al mes anterior. Sin embargo, notaron menor pesimismo futuro que en el actual, en otras palabras esperan que dentro de seis meses la economía ande “medio débil” pero mejor que la actual.

Es necesario poner de relieve que tanto Banxico como el IMCE señalaron la importancia de un Estado de derecho para combatir la inseguridad y la corrupción para favorecer la entrada de inversión tanto nacional como internacional, con el fin de sobrellevar el contexto presente. Dichos elementos no nada más los perciben los burocráticos de Banxico y los contadores, sino me parece que la mayoría de nosotros que estamos en tierra mexicana nos hemos dado cuenta de un ascenso notorio de las condiciones de inseguridad en el país y ni hablar de la corrupción. Ahora imagínense que dichas circunstancias, se le agregan los factores que mencionó el Banco Central mexicano, que en el peor panorama podría pegarle finalmente en la confianza de todos los mexicanos, traducido en menores deseos de consumir (uno no sabrá si se lo robaran o si podrá pagarlo), contracción de la producción y por ende debilitamiento más pronunciado en la inversión, generando menor empleo, etcétera. Y a la economía en general.

¿Ustedes cómo ven el panorama nacional? Respecto al contexto actual: mejor, igual o peor, y ¿el futuro?