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Un histórico acontecimiento se llevó a cabo el pasado jueves 21 de febrero en el Senado de la República. La aprobación de la Guardia Nacional tuvo un trabajo legislativo de iniciativas, debate, negación, consenso y aprobación entre todas las representaciones políticas. Este tema tuvo relevancia al no ser aprobada en un inicio por la oposición en el Congreso de la Unión y en los gobiernos estatales, argumentando que esta iniciativa del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, buscaba el poder absoluto. Cierto.
¿Cuál era propuesta de AMLO?
Sin duda alguna, hacer que la Guardia Nacional tomara el mando militar para “garantizar” la seguridad de los ciudadanos, pero sin tomar en cuanta la autonomía y la soberanía de los estados. La seguridad pública y nacional quedarían bajo el mando único del presidente de la República ¿sería lo más correcto?
¿Cuáles son las propuestas más relevantes de la oposición?
- Mantener un mando civil en donde los gobernadores tuviesen acceso a la Guardia Nacional para la protección de los ciudadanos evitando el mando único del Presidente de la República.
- Evitar el entrenamiento castrense para garantizar la no militarización del país.
- Garantizar que los militares regresen a los cuarteles en cinco años una vez instalada la Guardia Nacional.
Aprobación de la Guardia Nacional
Después de un gran debate en el Senado de la República, los gobernadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fueron los únicos que aceptaron en participar en los consensos. Acudieron a las reuniones previas con la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para lograr los acuerdos entre los diferentes niveles de gobierno, posicionando la postura del mando civil, garantizar la seguridad y la no militarización de la nación. Ésta aprobación se realizó con 127 votos a favor y ningún voto en contra.
Reflexión
Se logró ver un contrapeso real contra las propuestas autoritarias del presidente de la República. Más allá de una iniciativa que el propio Obrador debió incentivar con democracia no contempló la soberanía nacional ni la decisión del pueblo de México.
Las fuerzas políticas lograron que el mando fuese civil, eliminando el fuero militar, creando un coordinación operativa interinstitucional y quedando a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) para desechar radicalmente lo que en un inicio propuso AMLO como base de la Guardia Nacional, mando militar.
La fuerza militar debe ser ocupada para lo que fue creada, salvaguardar la seguridad y soberanía nacional. Se debe entender que su entrenamiento castrense es para someter o, en el último recurso matar. La Guardia Nacional no debe tener una capacitación de esta magnitud.
México no necesita la fuerza militar en las calles, lo que necesita son servidores públicos, policías y ciudadanos honestos, aunque parezca una utopía, los países de primer mundo han logrado un avance significativo en éste tema, y todo se ha logrado gracias a la inversión en la educación y cultura de su población. Mientras se deje a un lado éstos dos último rubros nuestro nuestra sociedad no avanzará para alcanzar las “transformaciones” que deseamos.
De acuerdo con el Artículo 49 constitucional, el Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, con la finalidad de evitar el autoritarismo y la dictadura de un individuo. ¿Será la única forma de obtener el poder absoluto?